Bienestar

Sexo después de un infarto

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Por: Clara Bassi

Aunque los pacientes pueden reanudar su actividad sexual sin problemas, muchos no lo hacen por miedo

El infarto no tiene por qué ser el final de la vida sexual satisfactoria, aunque los episodios cardiovasculares a menudo tienen un impacto negativo sobre ella.

En un alto porcentaje de casos, los pacientes pueden reanudar la actividad sexual sin problemas transcurridos entre 15 y 30 días, tras una valoración médica que comprende una prueba de esfuerzo. La mayoría de los posinfartados pueden hacerlo. El único factor que se lo impide y que deben vencer es el miedo. Incluso, muchos pueden tratarse de su disfunción sexual, a menudo previa al infarto, con píldoras.

Sufrir un infarto o ciertas dolencias cardiacas traza una línea divisoria en la vida de muchas personas. Marca un antes y un después. Una parte de los afectados son capaces de sobreponerse, rehabilitarse y retomar su vida tal y como era antes, pero otra parte tiene miedo a hacerlo, sobre todo, en determinadas áreas vitales como son las relaciones íntimas. Los trastornos sexuales en pacientes afectados por cardiopatía isquémica, máxime en quienes han sufrido un infarto agudo de miocardio, son frecuentes y están "perfectamente documentados", señala José María Maroto Montero, jefe de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Ramón y Cajal y de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca de ECOPLAR, de Madrid.

Se ha detectado disfunción sexual en los pacientes en porcentajes variables, entre un 38% y un 78%, y un descenso en el número de coitos del 24% al 75%, según los diferentes estudios que recopila Maroto en el nuevo libro "Rehabilitación Cardiovascular" (Editorial Médica Panamericana).

En otras patologías cardiacas, los trastornos sexuales también tienen un impacto importante. La insuficiencia cardiaca se acompaña de disfunción eréctil en un 60%-70% de los casos y estos desórdenes afectan a casi el 50% de los trasplantados del corazón, al 41% de los portadores de desfibriladores y, en menor proporción -con un 32%- a los pacientes que se ha implantado un marcapasos. Otro factor relacionado con dolencias cardiacas que influye en la sexualidad es la propia percepción del enfermo.

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