Sara se divorció después de quince años de casada, con dos hijas, Sofía y Marina.
Tenía treinta y siete años.
Sara es de las pocas amigas que tengo y que vi lo gran enamorada que estaba de Nicolás, el le llevaba diez años, y la llamaba cariñosamente Niña, el amor flotaba por cada poro de los dos.
Se tomaban de la mano, se miraban, dejaban escapar sus besos, caminaban por las tardes al parque con las niñas como si fueran novios, siempre abrazados.
Algo se rompió.
Nicolás despertó un día y le dijo sabes cuanto te quiero verdad Sara, ella volteo y mirándole le contestó si lo se, y tu sabes que eres correspondido te amo amor, te amo mucho.
Sara quiso sorprenderlo esa tarde, pero la sorprendida fue ella, lo encontró en el café de la tarde, donde ella sabía que estaría, solo que… no estaba solo, lo acompañaba Amparo, a la que había considerado una buena amiga de ella, (al menos ella lo pensó por mucho tiempo), los dos estaban en completo romance.
Sara sintió que el corazón latía tan rápido que la ahogaba, las lágrimas se agolpaban, que quería gritar, sin embargo quedó muda, ante tal escena. El dolor la devastó por completo.
Salió corriendo.
Y corrió…
Y corrió… hasta poder gritar de dolor.
Ahí acabo el amor.
Rebeca Harfuch O.