El Dr. Jerónimo Coutiño es médico, especialista en cirugía plástica de la Clínica Plástica Integral. Él se considera una persona que siempre puede mejorarse a sí mismo y que su trabajo ayuda a otros a sentirse bien consigo y con sus vidas.
¿Por qué deseó ser médico y por qué especializarse en cirugía plástica?
Bueno cuando yo decidí ser médico fue algo muy abrupto. Yo lo decidí en la preparatoria, a mí siempre se me dio la matemática y la física. De hecho mi intención era ser ingeniero. Pero ya cuando tenía que elegir el área a la que me quería ir, así muy abrupto elegí medicina. Y ya en medicina, yo siempre tuve la certeza de que quería hacer algo quirúrgico, usar esa habilidad en ese sentido.
De ahí me di cuenta que me gustaba que las cosas quedaran bien y poder resolver problemas inherentes a muchas especializadas y eso lo engloba la cirugía plástica, tanto la parte estética como la reconstructiva donde atendemos quemados, gente con cáncer, con deformidades neonatales, hacemos microcirugía, pegamos dedos, y pues apoyamos a las diversas especialidades. Y pues la parte estética que es muy reconfortante, ayudar a otros.
¿Cómo recuerda su primera operación?
Fíjate que es algo bien interesante, cuando llegamos a Medicina y tenemos ese instinto de hacer algo quirúrgico, donde pues dependes completamente de tu habilidad en cuanto a corregir cosas. Uno siente una emoción muy grande, con mucha capacidad y muy satisfechos.
Es una emoción demasiado grande, yo supongo que es como el artista que se prepara mucho tiempo para subir a un escenario, y cuando lo hace es la culminación de todo lo que preparó, creo que a nosotros nos pasa lo mismo cuando entramos a quirófano.
¿Usted considera que la cirugía plástica es como hacer arte?
Pues en parte sí, porque antes que nada somos médicos, nos tenemos que regir con alguna disciplina, un criterio, pero creo que la cirugía plástica tiene esa parte de arte donde podemos poner un toque especial en cada paciente.
¿Qué siente cuando vuelve a ver a su paciente en sesiones posteriores? ¿Los nota cambiados?
Yo creo que debe ser muy reconfortante porque tenemos una responsabilidad muy grande, sobre todo en la gente que hacemos cirugía estética, porque al hacer este tipo de procedimientos operamos gente que no está enferma. Al no estar enfermos tenemos que ser más cuidadosos, pues ellos buscan mejorar una estética en alguna parte de su cuerpo. Nos da mucha satisfacción ver pacientes contentos que a veces les cambiamos la vida. A veces conseguimos lo que las terapias, mejoran muchísimo en todos los aspectos de su vida.
¿Cree que la cirugía plástica fomente los malos hábitos alimenticios o los problemas de autoestima?
Yo creo que al contrario, es un complemento, y si se trabaja bien con los pacientes, resolverles integralmente le problema. Hay que tomarse el tiempo para hacer la valoración: qué quiere, a dónde quiere llegar con la cirugía. Si nos tomamos ese tiempo podemos conseguir resultados satisfactorios en quirófano. Si no lo hacemos, podemos cometer errores que dejen un paciente que se sienta mal con su resultado.
Para usted, ¿dónde queda la línea que divide la autoestima y la vanidad?
Es complejo, al hablar de vanidad creo que es inherente al ser humano el ser vanidoso, todos tenemos ese concepto de apreciación por uno mismo. Tenemos la capacidad de ver lo que es bonito y lo feo, que es diferente en cada persona. Hay que tomar en cuenta que la belleza es para los ojos de quien la ve. Realmente no hay un patrón o criterio establecido.
Pero pues todos queremos vernos mejor y estar mejor, eso es inherente al ser humano. El autoestima es algo que vamos creando, se debe de manejar desde muchos aspectos, ahí entra el psicólogo o terapeuta. Pero hemos visto que esto mejora mucho cuando se siente uno bien consigo mismo, independientemente del resultado que se haya conseguido.
¿Usted se considera alguien con alto autoestima o vanidoso?
¿Yo? Pues creo que soy muy coherente en lo que percibo de mí mismo, que es el concepto, lo que uno ve de sí mismo que a veces no concuerda con lo que otros ven, pero si uno se siente bien con uno evidentemente nos proyectamos de igual manera con la gente. Nosotros tenemos que ser muy estables en ese sentido. Eso nos permite reflejarlo con los pacientes para transmitirles esa seguridad. Sabemos que la vanidad existe, y sabemos que uno mismo podemos mejorar en muchos aspectos.
¿Usted qué le diría a las mujeres que cada vez que se ven en el espejo se encuentran un defecto nuevo?
Hay que ser muy objetivos en ese sentido, a veces vienen con nosotros, y es válido. Creo que algo que nos da certeza y credibilidad con los pacientes es precisamente darles la seguridad de que vienen conmigo y yo puedo decirles “no te opero la nariz porque lo que vas a conseguir con el resultado no va a mejorar lo que ya tenemos”.
Es lo que a veces nos falta a los médicos, no tenemos esa capacidad de decir “no te opero porque estás bella, tu nariz es armónica con el resto de tus facciones, etc.” Eso es parte de lo que hay que concientizar a las pacientes, que hay momentos en los que hay que parar los procedimientos, porque ya no se va a conseguir una mejoría.
¿Qué es lo mínimo recomendado antes de optar por la cirugía plástica?
Antes que nada hay que considerar que hay un exceso de información, de familiares, amigos, los medios. Y esto es un problema porque a veces las pacientes vienen muy mal informadas, y el punto es que deben acercarse a un cirujano plástico certificado porque esto es una garantía de calidad. Estudiamos 14 años para ser cirujanos plásticos, y eso nos da cierto estándar.
¿Algún mensaje que quisiera agregar?
Bueno yo soy un enamorado de lo que hago, y quiero decirles que realmente vale mucho la pena, hacemos cosas espectaculares pero no somos magos. No hacemos lo que no deba realizarse, pero conseguimos resultados muy buenos. Que se acerquen si tienen la inquietud.