Escrito por: Eli Davidson*
¿Miras a tu sueño y sientes que no estás del todo a la altura? ¿Una parte de ti siempre encuentra algo para dejar de lado tus proyectos? No te preocupes, no estás sola. Tú probablemente tienes un caso de la última molestia que anda rondando, una condición debilitante que yo denomino: Perfeccionitis
¿Cómo puede el deseo de “ser lo mejor que puedes ser” ser un mal? Lo siento, es una trampa. Es por eso que este desorden es tan problemático. Tú sólo quieres hacer un trabajo perfecto, ser una persona perfecta. Seguro. Tienes un punto. El único problema es que… no existe tal cosa como la perfección. Excelencia, sí. Perfección, no. La perfección es una fantasía, y desafortunadamente muchas personas la han comprado. La perfeccionitis es una epidemia moderna que entra en la categoría de enfermedad más que de molestia.
¿Una extremada obsesión para alcanzar un estándar abstracto de absoluta perfección en cada parte, elemento, y aspecto de tu vida te suena familiar? Perjudicas tu estado normal – tu salud, las expresiones de tu verdadero yo – y perjudicas tu vida cuando tratas de impulsarte a ti misma a ser perfecta. Tal como cualquier enfermedad, el perfeccionismo es destructivo y necesita tratamiento.
Perfeccionitis: ¿Qué rayos es eso?
La perfeccionitis ocurre cuando tu músculo interno “debería” se inflama. Te lleva a un estado anormal, una condición de locura caracterizada por pensamientos y comportamientos de autosabotaje, que te hacen ir en busca de metas irreales. Si tienes un caso de perfeccionitis, tu Comité de Crítica en tu ciudad interior se ha vuelto loco. Se han metido en una carpa perpetua de que tú podrías lucir, hacer y ser… mejor. Yo sé. Tengo un buen caso de eso en mí. Una vez me atrapé criticándome por la forma en que abrí una puerta. Triste pero cierto.
Tratas de cerrar al Comité de Crítica en tu cabeza demostrando realmente cuán súper buena eres. Te determinas a ser perfecta. Desafortunadamente, es imposible convencer al panel de jueces sentados en tu comité interno. (Ellos conocen todas tus fallas muy bien. Como cuando no te importó estar enferma. Y estuviste el tiempo suficiente para impresionar a otras personas, de tal forma que vieran tus puntos positivos. Quedar bien con otros se convierte en un bálsamo para mitigar la severidad de tus pensamientos)
Señales y síntomas:
La perfeccionitis te empuja a ir más allá. Sobre-lograr: tú nunca puedes ser ordinaria, necesitas un éxito consumado. Sobrecargar: acumulas el esfuerzo de trabajo de tres días, en el horario de un día. Exceso, en lugar de simplemente hacerlo lo mejor posible te obsesionas con hacer cada detalle impecable. Abrumar, te sientes derrotada porque nunca puede completar las interminables tareas que te designas. ¿Te sientes al borde? Revisa los síntomas.
Aunque parezca extraño, la perfeccionitis también lleva a la procrastinación. ¿Por qué? Algunas personas se paralizan ante la idea de cometer un error, hacerlo mal, parecer tonto, o, ni pensarlo… fallar. Pospones empezar porque quieres evitar el riesgo de no alcanzar tus altos estándares imposibles. Si nunca lo podrás hacer lo suficientemente bien ¿para qué hacerlo de cualquier forma? El perfeccionismo lleva a la procrastinación y al pánico.
Algunas veces la perfeccionitis se establece en algún aspecto particular de tu vida, trabajo, limpieza, ejercicio, compras o ser voluntario (cualquiera que sea el perfeccionismo de tu elección) Pero otras partes de tu vida sufren de cualquier forma porque tu estás tan obsesionada con esa sola parte, y no le das al resto la suficiente atención. De la forma en que lo veas, la Perfeccionitis afecta tu vida.
Test: ¿Cómo puedo saber si la tengo?
Aquí están algunas preguntas que te ayudarán a ver si tienes un toque de perfeccionitis.
- ¿Sientes la necesidad de quedar bien ante los demás u obtener su aprobación?
- ¿Usualmente estás intentando alcanzar muchas metas enormes al mismo tiempo?
- ¿Rara vez terminas todo lo que tenías planeado para ti en un día?
- ¿Dejas las cosas para después cuando comienzas un proyecto, porque tienes miedo de no hacerlo suficientemente bien?
- ¿Te obsesionas haciendo las cosas tan perfectas al punto de ignorar tus propias necesidades?
- ¿Dudas de tus propias decisiones?
- ¿Dices sí cuando en realidad quieres decir no?
- ¿Sientes que nunca haces suficiente?
- ¿Piensas que tienes que hacerlo todo tú misma?
Si contestaste que sí a más de tres preguntas, tú tienes un caso de Perfeccionitis.
*Eli Davidson es columnista de The Huffington Post, oradora motivacional y autora del libro "Funky to Fabulous"