Reflejada en el espejo descubrí tus formas fantasmales. ¡Oh, Dios! Ayúdame. Quiero hablar contigo, saber quién eres, de que época, pero solo me sonríes, estoy aterrada, no puedo moverme, no puedo pronunciar palabra, sólo pienso.
¿Quién eres?
No dejan de oírse las voces, pero no puedo distinguir que dicen.
Permaneces en el espejo, quiero, necesito saber quien eres.
¡Oh, Dios!
Ese fantasma soy yo.
Rebeca Harfuch O.