Escrito por Núria Llavina Rubio
Uno de cada tres conductores sufre alteraciones en su salud ocular, la causa de más de la mitad de los siniestros de tráfico.
La mayor parte de las decisiones que se toman ante el volante dependen de una óptima salud visual. Durante el día, los defectos de visión pasan más desapercibidos, pero durante la noche y con malas condiciones meteorológicas pueden llegar a dificultar la conducción. También con el paso de los años la vista empeora. Las revisiones oculares, una mayor concienciación sobre la necesidad de una buena salud ocular y seguir unas sencillas recomendaciones son un factor clave para evitar accidentes de tráfico, sobre todo cuando se unen los tres factores de riesgo: nocturnidad, mal tiempo y vejez.
Una de cada tres personas que se sientan tras el volante tiene una visión deficiente, por debajo de los requisitos mínimos establecidos por la ley. Son cifras aportadas en un encuentro reciente celebrado en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, organizado por la Federación Europea de la Industria Óptica (EUROM 1). En el mismo encuentro, se mostraron estudios llevados a cabo por la Asociación Francesa para la Mejora de la Vista que indican que de 40 millones de conductores 8 de ellos sufren problemas visuales no corregidos o corregidos de forma inadecuada. Los datos arrojan la necesidad de enfatizar el papel relevante de una buena vista para la seguridad de los conductores.
Una mala salud ocular puede provocar más accidentes cuando las condiciones externas no son favorables, como la oscuridad o las malas condiciones meteorológicas (lluvia, viento, nieve...). Los accidentes durante la noche pueden multiplicarse alrededor de 4-5 veces respecto al día. Con la oscuridad, la agudeza visual se reduce en un 70% y, por tanto, el sentido de la profundidad es hasta siete veces menor. Es precisamente esta capacidad la que nos permite calcular trayectorias, distancias y velocidades. No poder hacerlo comporta muchas colisiones porque no se puede controlar la relación del vehículo con respecto al resto. La noche también reduce la percepción de los colores.
Todo ello, sumado al cansancio y el sueño, conforman factores de riesgo que pueden minimizarse con simples acciones: mantener en buen estado el alumbrado del coche, reducir la velocidad, mantener o aumentar la distancia de seguridad, descansar si aparecen síntomas de somnolencia y utilizar las luces de alcance cuando no haya posibilidad de deslumbrar a otros conductores. El uso de gafas con filtro de color amarillo mejora la visión de los contrastes, por lo que se recomiendan para la conducción nocturna.
La lluvia puede empeorar aún más la visibilidad, sobre todo durante la noche. En estos casos, es muy importante mantener en buen estado los limpiaparabrisas y conducir con las luces encendidas del vehículo. Investigaciones recientes plantean la creación de un cristal en el parabrisas que podría facilitar la visión del conductor en condiciones adversas de baja luz, lluvia o noche, gracias a un sistema de cámaras y sensores que estudian, de manera progresiva, toda la carretera (asfalto, posibles obstáculos...).
Aunque es un porcentaje pequeño, una parte de la población (6%) es sensible al deslumbramiento por el color azul de sus ojos (en los países nórdicos este porcentaje asciende al 10%). Son datos de un estudio que elaboraron el centro de oftalmología Barraquer y el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC). No obstante, los especialistas matizan que las cataratas son el factor que más altera la sensibilidad al deslumbramiento (también relacionado con la tercera edad). Se recomienda por tanto el uso de gafas de sol, aunque no todas sirven. Conviene usar filtros polarizados para bloquear el exceso de luz reflejada.
Revisiones obligatorias
En el encuentro europeo se ha avalado la necesidad de realizarserevisiones ópticas obligatorias para reducir el ratio de accidentes causados por personas de la tercera edad. Por este motivo, los especialistas han realizado un llamamiento al Parlamento Europeo, la Comisión y los Estados miembros para que se le dé más importancia a estar físicamente apto para la conducción, para que se incluyan cuestiones ópticas en los programas de salud nacionales y para que se generen campañas de concienciación, tanto para asegurar una conducción segura como para ofrecer un diagnóstico precoz de los problemas oculares. También llaman a la profesionalización de las pruebas oculares, en muchos casos llevadas a cabo a través de tests básicos no científicos, y a revisiones obligatorias cada 5 ó 10 años.
VISIÓN, UN SISTEMA DE ALERTA
Un grupo de investigadores alemanes se han inspirado en los ojos para fabricar una nueva tecnología de alerta ante el volante. Han partido de la idea que al tomar una curva y girar el volante los conductores centran la mirada en puntos específicos de la carretera. A partir del estudio sobre las estrategias utilizadas por diferentes personas para girar el vehículo desarrollarán un sistema de alerta que mejore la seguridad en la conducción por carreteras sinuosas. Los científicos ya preparan nuevos experimentos en los que emplearán un sistema de alerta prototipo que controle la aproximación a curvas y del que se obtenga información de los movimientos oculares que normalmente realiza el conductor. Si el conductor no da muestras de seguir su patrón típico de conducción al tomar una curva, el sistema asumirá que no la ha visto y le avisará con tiempo, con lo que se espera reducir de forma sustancial los accidentes por distracciones o por quedarse dormido.
Escrito por Núria Llavina Rubio