Si buscas dar un aspecto renovado y cálido a tu casa, pero no quieres, o no puedes, realizar una gran inversión en un cambio de decoración, la mejor solución es la pintura. Simplemente, eligiendo el tono adecuado puedes hacer que tu hogar gane en calidez, transmitiendo un espíritu acogedor.
Los colores cálidos son aquellos que tienden al amarillo o rojo, se dice de ellos que tienen la capacidad de levantar el ánimo, propiciar la tertulia y hasta despertar el apetito, por lo que son idóneos para aquellas habitaciones en las que se realizan reuniones familiares y de amigos. Los tonos vitales, como el rosa o el naranja, regalan una nota desenfadada a los dormitorios infantiles. Los tonos ocres, tejas o naranjas encajan muy bien en ambientes campestres. Opta por sus tonos más sosegados en el dormitorio y por los más brillantes en la cocina.
Dentro de los tonos cálidos, existen varias opciones a considerar. Los neutros, como beiges, arenas, piedras…, suman confort y encajan en todos los estilos gracias a su capacidad de atrapar la luz y la calidez de los tonos a los que acompañan. Su carácter sosegado y luminoso los hace especialmente indicados en estancias en las que pasamos muchas horas, como el salón, donde combinados con madera y tapicerías claras son todo un acierto. También, son la mejor opción cuando se quiere pintar toda la casa de un mismo color por su carácter atemporal.
Los tonos cálidos claros, como vainillas, rojizos claros, naranjas pálidos…, acentúan la luz con cercanía, por lo que son recomendables para estancias poco iluminadas. Su carácter intenso, divertido y creativo los hace muy adecuados para zonas de juegos o estudios. Las gamas pastel resultan relajantes.
En cuanto a los cálidos oscuros, como ocres, rojos encendidos o vinos son sus tonalidades más templadas, que resultan vitales y desenfadados, idóneos para destacar las paredes, aunque restan metros visualmente, por lo que lo mejor es emplearlos en habitaciones amplias o para destacar una de las paredes. Los tonos rojizos están de tendencia esta temporada. Conviene que estén bien iluminados ya que en las zonas con sombras pueden oscurecerse en exceso.