Ciertas operaciones pueden realzar o desbaratar la creatividad. Una de las claves consiste en fomentar sentimientos de confianza y vencer la negatividad.
En el mercado los pensamientos creativos tienen valor económico. Todo, desde las tarjetas de crédito y los microchips hasta los helados de cucurucho y los aviones jumbo, en algún momento fue la brillante idea de alguien. Una actitud carente de imaginación y receptividad destruye la posibilidad.
La persona que este abierta a la posibilidad y a los sueños es la que puede aprovechar la oportunidad, sólo mediante esta actitud se puede ganar ventaja competitiva que ofrece innovación.
En el lugar de trabajo hay dos fuerzas que bloquean o alientan la creatividad. Una es la actitud hacia la innovación que la gente lleva dentro de sí misma, y la otra es el clima de la organización. Si las dos se ponen de acuerdo, el cambio se produce sin esfuerzo; si no, el impulso creativo es obstaculizado.
Con gran frecuencia la persona que tiene una idea nueva realmente creativa también alberga dudas sobre su valor: una ambivalencia natural.
Cuando se te ocurre una idea original, la primera reacción a ella es la burla. Es una buena señal: realmente sabes que has dado con algo bueno cuando la gente ataca tu idea.
Y una vez que se acalla la voz de la crítica, lo que emerge es un espíritu de esperanza y optimismo que ve los reveses simplemente como información útil gracias a la cual el intento siguiente tendrá más probabilidades de alcanzar el éxito.
¿Cuáles son tus ideas?
“¿Quién diablos quiere oír a los actores?”
Harry M. Warner, presidente de la compañía cinematográfica Warner Brothers, en 1927.
Fuente: Goleman, Daniel. El espíritu creativo.