Hace algunos años tuve una tienda de accesorios de computación. Mi padre por su lado tenía una pequeña papelería y siempre me insistía "vende caro, no regale su producto".
Yo por mi parte prefería vender más barato pero en mayor volumen. Puede que este también sea tu dilema en las ventas.
Y no es para menos pues todo emprendedor en algún momento tiene que definir sus márgenes de ganancia. Y si bien todos queremos ganar lo mejor posible, hay algunas reglas importantes a tomar en cuenta a la hora de fijar los precios que hoy te comparto:
1. Tus costos mandan. Lo primero que debes tomar en cuenta al momento de fijar los precios de tu producto son tus costos. Debes considerar los costos de toda la operación de tu negocio y no solamente el costo de tu producto. Por eso es fundamental tener un presupuesto. De allí que es sumamente importante garantizar que tus costos sean los más favorables posible para competir.
2. La gente prefiere lo barato. Los estudios demuestran que el consumidor prefiere siempre lo barato. Las mismas crisis económicas han movido a la gente a buscar cada vez mayores ventajas en precio. Y eso es lo que ha dado lugar a muchos negocios de venta de artículos de segunda y bazares como opciones atractivas.
3. Se puede vender caro si tienes valor agregado. También está demostrado que todos estamos dispuestos a pagar un poco más por un producto o servicio, si ello nos representa algún valor agregado como: mayor rapidez en las entregas, mayor limpieza, mejor atención, entrega a domicilio y porque no decirlo "con una sonrisa".
4. Compra por volumen. Otra estrategia conveniente para poder vender mejor es comprando por volumen. Desde luego esto requiere disponer de un mayor capital pero puede funcionar muy bien si lo aplicas por ejemplo a los productos que de mayor rotación, no necesariamente a todo tu inventario. De esa manera, tus proveedores estarán dispuestos a brindarte un mejor precio y por tanto tu margen de ganancia será mejor.
5. Vende más caro en productos que requieran mayor respaldo o garantías. Algunos productos se venden y no sabes más del cliente. Este es el caso por ejemplo de alguna golosina, artículos de oficina o prendas de vestir. En estos productos puedes vender más barato. Sin embargo, cuando tu producto es más sofisticado y puede requerir en algún momento un soporte adicional o trabajo extra derivado de reclamos, entonces es conveniente manejar precios más altos. Este es el caso de bicicletas, juguetes, celulares o electrodomésticos.
6. No pretendas hacerte rico con tu margen de utilidad. Tú eliges si quieres ganar un 15%, 25% o un 40% a tu producto. Si tus costos son buenos puedes obtener mejor margen de utilidad, sin embargo la mentalidad de sacarle todo lo posible a una línea de productos a costa de "exprimir" al cliente no siempre será lo más conveniente.
7. Menos margen puede representar más clientes. Recuerda que finalmente lo que mantiene vivo tu negocio son los clientes y si ellos perciben un alto valor o una gran experiencia de compra en tu negocio, entonces volverán y además de ello te referirán con otros clientes, representando así mayores ganancias.
8. Usa tu sentido común. No te dejes guiar únicamente por lo que hace la competencia o por tu misma necesidad imperante de querer ganar más. Usa tu sentido común, escucha a tus clientes y haz lo que sea más conveniente a largo plazo para tu negocio
Conclusión
¿Vender barato o vender caro? Es muy difícil responderlo en una sola palabra. Cada producto es distinto, así como lo son las variadas condiciones comerciales en las que trabajamos. Al igual que muchas otras habilidades que los emprendedores desarrollamos, esto es como un juego. Un juego en el que nos las ingeniamos para comprar mejor, vender mejor y ganar mejor.
Escrito por: Edwin Amaya