La felicidad es la búsqueda constante de la humanidad; sin importar nuestro género, raza, situación económica o filosofía de vida, más allá de qué consideremos para nuestro criterio ser felices, todos deseamos serlo. Sin embargo, no es fácil y si bien no podemos permanecer en un estado de perpetua alegría y satisfacción, si podemos tratar de evitar esos hábitos y pensamientos que al tiempo que reflejan nuestra infelicidad, nos hacen más infelices.
Sonja Lyubomirsky, investigadora de la Universidad de Californa, afirma que nuestra capacidad de ser felices depende en un 40% de nosotros mismos. Hay mucho que está fuera de nuestro control, pero existen decisiones que podemos tomar para tratar de transitar con más frecuencia por el camino de la felicidad. ¿Cómo son las personas infelices?
Creen que la vida es dura y estamos a merced de las circunstancias
Dicen que cada quien habla de cómo le fue en la feria, pero lo cierto es que nuestros pensamientos también configuran la forma en que nos resultan las cosas. Es un hecho que la vida no siempre es fácil, pero la actitud con la que enfrentemos las dificultades tiene un gran peso. Mientras que las personas felices son conscientes de que habrá baches en el camino y son capaces de asumir su responsabilidad al respecto; las personas infelices se colocan en papel de víctimas y se quejan de su terrible suerte.
Son desconfiados
Quizá nos hemos encontrado con personas que nos han decepcionado a lo largo de la vida, pero eso no significa que debamos dejar de tener confianza en la gente. Vivir desconfiados es desgastante y coarta nuestra posibilidad de establecer nuevos vínculos, es por eso que es importante mantener esa confianza en la gente. Claro que tampoco se trata de ser ingenuos e ir con los ojos cerrados aceptando todo lo que nos dicen, pero lo cierto es que nos seguiremos encontrando con gente que nos dañe, así como aquellos que nos enseñen que vale la pena tener un poco de confianza.
Se quejan constantemente
Ya sea que se comparen con los demás, se concentren en lo que no tienen o vivan añorando el pasado; las personas infelices siempre encontrarán una razón para quejarse. Su visión del mundo parece tener el filtro más oscuro activado de forma permanente. Obviamente la vida no es color rosa, hay mucho que necesita ser abordado y resuelto, tanto en la vida diaria como en el mundo; pero para estas personas, la única respuesta es la queja y con frecuencia no toman acciones, permaneciendo en la queja desde su zona de confort –de la que también se quejan–.
Quieren controlar todo
A pesar de saber que las cosas no están siempre en nuestras manos, las personas controladoras no cesan en su intento de hacer que el mundo encaje en la visión que tienen de cómo deberían ser. Pero como evidentemente no podemos decidir por los demás o hacer que las cosas resulten como lo planeamos todo el tiempo, estas personas se encuentran en constante conflicto. El mundo no es como les gustaría –y refuerzan sus razones para quejarse–.
Escrito por: Elena Pedrozo
Fuente: http://www.huffingtonpost.com/tamara-star/7-habit-of-chronically-unhappy-people_b_6174000.html
