Es importante que encontremos las vías de la disciplina que lleguen efectivamente a nuestros hijos. Seamos realistas, no es una tarea fácil. Hoy en día nuestros hijos son menos sensibles a su entorno; viven en un mundo digital y es nuestro trabajo como padres es generarles un sentido de realidad.
Los puntos que te comparto nos ayudarán a orientar a tus hijos en la dirección correcta.
Las acciones hablan más que palabras
¿Ha notado cómo se dicen las mismas cosas una y otra vez? ¿Te has preguntado por qué? Los niños no son diferentes a nosotros; por ejemplo, si tú regañas una y otra vez a tu pareja por la misma cosa, ¿te hace más caso? Es probable que la respuesta sea no. Los niños son de la misma manera. Ellos aprenden por la acción. Si tú determinas que "El sábado es el día que se lava, esté o no su ropa en la lavandería.” Si, en efecto, el sábado recoges la ropa y la metes a lavar, ellos aprenderán que tienen que tener su ropa en la lavandería y no regada por su habitación. Sin embargo, si dices lo mismo y luego el sábado no lavas, ellos no te tomarán en serio la próxima vez que decidas poner reglas u horarios.
Sé consistente
Esta es la más fácil de entender y la más difícil de seguir. Ser coherentes con lo que digas y hagas. Si dices que tu hijo no puede pasar la noche en casa de un amigo porque sacó malas calificaciones, no puedes cambiar de opinión. Ante súplicas y lloros, no debes ceder, pues la próxima vez recurrirá a la misma estrategia para convencerte.
Dales a tus hijos la oportunidad de sentirse importantes
Con mucha frecuencia, los padres prefieren hacer las cosas por sí mismos. Yo sé, yo soy culpable de esto. Si le pides a tu hijo que haga algo y luego vas y lo “corriges”, o simplemente mejor lo haces tú para “ahorrar tiempo", le quitas a ellos valiosas oportunidades de sentirse útiles y necesitados en la estructura familiar. Cierto, no son perfectos, pero nosotros tampoco.
Pasa tiempo de calidad con ellos
Es importante entender que es el tipo de tiempo que pasamos con nuestros hijos lo que más importa, no la cantidad. Podríamos pasar la mitad del día con nuestros hijos haciendo otras cosas, como atender pendientes, y nunca se oye que intercambien una sola palabra. Nuestros hijos nos están hablando, a su manera, todos los días. Tómate un tiempo cada día para sentarte y centrarte en lo que trata de expresarte. Muchas veces, hacen travesuras sólo para llamar nuestra atención. Nuestros hijos tienen su propia manera de decirnos "Oye, detente y ponme atención". Escúchalos.
Escrito por: GotchaGurl