El aprendizaje de otras lenguas ha demostrado ser cada vez más importante. Aprender otros idiomas no sólo ayudará a nuestros niños en su futuro desempeño laboral; empezar a adquirir un segundo idioma desde pequeño mejorará su creatividad, su capacidad de concentración y su seguridad. Pero, ¿a qué edad empezar?
Existe la creencia de que acercar al niño a un segundo idioma desde muy pequeño, puede resultar confuso. Sin embargo, investigaciones recientes indican que no resulta más difícil para el niño aprender dos idiomas que uno; en realidad, se adquiere de forma más natural el lenguaje, lo que le permite al niño desarrollar un entendimiento más natural; el niño no buscará traducir de un idioma a otro, sino que será capaz de entender ambos.
Además, ser bilingüe desde temprana edad ayudará a nuestros niños a desarrollar un pensamiento más flexible, ejercita su memoria, los hace más creativos, mejora su atención y también les facilitará el aprendizaje de otras lenguas en el futuro.
Entonces, ¿desde qué edad es más conveniente? Algunos expertos en psicología evolutiva sugieren que sea después de los tres o cuatro años, cuando el niño ya haya adquirido suficiente conocimiento sobre su entorno para asociar los nombres a los objetos. Otros especialistas, señalan que entre más pronto se introduzca al niño al lenguaje será mejor; pues dado que cada lenguaje se conforma con sonidos propios, el niño podrá aprender mejor las entonaciones y sonidos correctos del lenguaje.
Una inquietud, es que los niños no sean capaces de distinguir un idioma de otro o que mezclen palabras. Este es un fenómeno completamente natural en el que también los adultos incurren. No debe ser una preocupación, pues a medida que el niño adquiera más vocabulario en ambos idiomas, no tendrá problemas para distinguir uno de otro.
Otra preocupación frecuente, es la creencia de que exponer desde muy pequeños a los niños a otro idioma, puede causar retrasos en el habla. Sin embargo, no hay razones para temer: las investigaciones han demostrado que no existe diferencia significativa entre niños monolingües o bilingües en cuanto al desarrollo del habla.
El aprendizaje de un segundo idioma tiene que ser parecido al de la lengua materna, para que se interiorice de forma más natural. No sólo enseñarle vocabulario, sino partir del entendimiento desde las estructuras gramaticales. Si aprende a escuchar y comprender como se forman las oraciones, será capaz de agregar las palabras que aprenda con el tiempo.
El cerebro de los niños es como una esponja y es un momento excelente para aprender otro idioma. Los especialistas coinciden en que antes de los 10 años les será más fácil la adquisición del lenguaje.
Escrito por: Elena Pedrozo