Escrito por: Merlina Meiler
Una de las aflicciones más comunes de las personas es la ansiedad. Hay personas que llegan a obsesionarse de tal manera con hechos futuros que no pueden planear bien y en detalle los pasos a seguir hacia un fin determinado: sólo piensan que lo peor puede pasar y seguramente pasará y qué harán ellos en ese momento. No pueden seguir adelante con su vida, ya que están pendientes a un modo extremo de algo que saben (o imaginan que sucederá).
De nada sirve vivir las cosas de antemano, es mejor dejar que lleguen cuando tengan que llegar, si es que tienen que llegar.
Quiero hacer una salvedad, soy una persona optimista y siempre trato de poner lo mejor de mí para planes futuros, pero con realismo y no con ansiedad o pre-ocupación. Una cosa es ocuparse de los detalles que pueden hacer que un proyecto llegue a buen puerto, y otra es no poder dormir, comer o trabajar por la preocupación o la ansiedad de lo que está por acontecer. Este mecanismo poco saludable no permite que las personas se relajen y disfruten de lo que les sucede en la vida. La pre-ocupación genera¿Qué pasaría si vivieras aquí y ahora, libre de esa carga pesada que te impide disfrutar a pleno y mostrar tus verdaderas capacidades? un estado de tensión y de ansiedad que desdibuja el grado de importancia de los hechos y provoca que se le preste atención a nimiedades. Las personas pre-ocupadas reaccionan con miedo ante estímulos o situaciones que en forma relajada tal vez ni siquiera registrarían, y no tienen la claridad y la fuerza necesarias para enfocarse en los asuntos que sí les permitirían llevar a cabo sus objetivos.
En caso de sentir una ansiedad tal que te quita claridad mental y emocional para desenvolverte en el momento actual, pregúntate:
. ¿qué pasaría si vivieras aquí y ahora, libre de esa carga pesada que te impide disfrutar a pleno y mostrar tus verdaderas capacidades?
. ¿qué del presente hace que busques refugio en el futuro?
. ¿qué harás con toda esa energía liberada, en el presente, una vez que decidas vivir aquí y ahora?
Te propongo que pienses en esa situación real o imaginada que te provoca ansiedad, y que la veas delante de ti en una gran pantalla, como proyectada en un cine. Sentado cómodamente, respirando tranquilamente, mira como espectador el buen desenvolvimiento de las circunstancias. Concéntrate sólo en mantener la respiración pausada y tranquila durante toda la “función” que se desarrolla delante de ti, en la pantalla. ¡Con final feliz!
Piénsalo… estás acá, en este lugar, en este preciso instante, hoy… un día que puedes disfrutar a pleno, y en el que tienes la posibilidad de comenzar a encontrar todo lo que necesitas para ser feliz.
Escrito por: Merlina Meiler
Master y Coach en PNL.