Bienestar

Adiós a la víctima

adios-a-la-victimaLos niños no se pueden defender. Aunque el ser humano es el animal más evolucionado es el que, a diferencia de un venado u otro animal, no puede pararse al nacer ni ser autosuficiente.

Los niños necesitan de sus padres y pueden ser víctima de algún adulto. Pero de adulto, cuando nos quedamos en la víctima, y nos vamos a la impotencia, nos paralizamos y es probable que nos deprimamos, como un animalito que esta enjaulado y no tiene opciones y se tira a la impotencia.

Si solo volteamos a ver lo mal que se ha portado la otra persona o lo mal que sigue portándose, y nos vamos a la víctima, no aprendemos y nos quedamos en el resentimiento, en el dolor y “nos atoramos”. No hay aprendizaje. Lo que hay en nuestra mente es que el otro es malo y yo bueno y ya.

¿Pero ahí que aprendemos? Nada. Y luego... algo vuelve a suceder y nos sentimos víctima y solo vemos la parte del otro y el dolor se convierte en resentimiento. Y el cuento de nunca acabar... se convierte en una manera de enfrentar la vida.

No podemos cambiar a nadie. Pero tampoco estamos a merced de nadie. Y sí, tal vez nada cambie, pero lo que sí podemos hacer es lo que sí está en nuestras manos. Y nosotros podemos apartarnos de eso. Nosotros si podemos alejarnos de sentirnos víctima. No estamos impotentes, no somos “pobrecitos”. Esto que está sucediendo es solo un aprendizaje más en la vida.

No somos los únicos que hemos pasado por algo así. Además, el compararnos es auto sabotearnos. Porque al compararnos de seguro alguien va ha salir perdiendo y es probable que ese alguien seamos nosotros. Dejemos de creernos los buenos, porque si nosotros somos los “buenos”, entonces hay alguien “malo” a quien estamos responsabilizando de todo.

No estoy diciendo que no haya gente que esté haciendo las cosas muy mal; digo que nosotros no tenemos por qué quedarnos atorados con la parte destructiva de los demás.

“Existe una liga íntima entre el verdugo y la víctima”

Paco Ignacio Taibo II

Digo que no tenemos por qué darle tanto poder al otro, y a nosotros dejarnos indefensos. “¿Por qué? ¿Para qué?”.

Ana tiene 4 años separada, su ex marido no gana bien, y ella sigue queriendo contar con su ayuda a pesar de los 4 años sin respuesta. Recientemente una amiga le ofreció trabajo. Ella lo aceptó, pero estuvo a punto de no hacerlo. Todo el tiempo lo saboteó quedando mal. Y después, regresó a su ciclo de sentirse víctima -creer que es impotente- y deprimirse. No se dio cuenta de cómo se auto-saboteó y de cómo necesita sentirse víctima y de que tiene “ganancias secundarias” con eso.

Ya sabemos que la gente se equivoca y hace las cosas mal. Pero a nosotros eso no nos cambia en nada. Necesitamos trabajar en nosotros mismos.

Y ojo, no estoy diciendo que no hay gente por ahí haciendo daño. Lo que estoy diciendo es que hay una liga íntima entre el verdugo y la víctima: ambos hacen daño. La diferencia es que el verdugo le hace daño a los demás y la víctima a sí mismo. Lo que estoy diciendo es que es mejor moverse de ahí.

Escrito por: Martha Isabel Morales

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*