Entre unos siete y diez días antes de la aparición de la menstruación, las mujeres sufren una serie de alteraciones físicas y psíquicas denominadas síndrome premenstrual (SPM), que consisten generalmente en desánimo, irritabilidad y un excesivo apetito por los alimentos ricos en hidratos de carbono y azúcares.
Esto se debe a la variación del nivel de las hormonas femeninas durante este proceso, entre las que destaca la serotonina, relacionada con el estado de ánimo y el apetito. El descenso de esta sustancia provoca una sensación de abatimiento y una apetencia excesiva por alimentos con alto contenido en azúcares, como los dulces y, especialmente, el chocolate, ya que este tipo de alimentos favorecen la aparición de la serotonina en el organismo.
Para disminuir los trastornos nutritivos y los síntomas causados por este síndrome, los expertos aconsejan lo siguiente respecto a los hábitos alimenticios adecuados para esos días del mes tan delicados:
• Repartir la comida a lo largo del día en pequeñas cantidades y en un mayor número de sesiones. Con cinco veces al día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) bastará para favorecer la digestión durante estos días.
• Disminuir el consumo de café alcohol, tabaco y otras sustancias estimulantes.
• Evita la tentación de los dulces y el chocolate. La acción calmante y relajante de estos productos en el cuerpo es rápida y eficaz, pero es una solución pasajera, ya que los hidratos de carbono tan abundantes en este tipo de alimentos son de absorción rápida. Es preferible sustituirlos por otros dulces con menos calorías (fruta, yogures desnatados, caramelos y chicles sin azúcar, etc.).
• Sin embargo, los hidratos de carbono que contienen el arroz, la pasta y el pan son de absorción rápida y favorecen la aparición de la serotonina.
• Tomar alimentos ricos en fibra, ya que disminuyen la ansiedad y crean una sensación de saciedad; por ejemplo, cereales integrales, frutas, verduras, etc.
Estos son algunos consejos básicos para calmar los síntomas del síndrome premenstrual, pero siempre y cuando estas molestias no sean demasiado intensas. En ese caso estas prevenciones no son suficientes, siendo necesaria la ayuda de un médico.
