Cuando se trata de la edad, lo real está “in”
Escrito por: Vivian Diller
Hace como 10 años, Madison Avenue comenzó a utilizar a niños que se vieran naturales en sus anuncios, dejando atrás a las típicas caras de querubín; el cabello rubio y los ojos azules eran demasiado perfectos para ser creíbles.
Los fabricantes de comida para bebés, de pañales y juguetes se dieron cuenta de que los niños que se veían más como los consumidores reales, eran los que vendían mejor sus productos. El “Goo goo” de Gerber estaba fuera. Lo “real” estaba de moda.
Las películas y la televisión también comenzaron a seguir esta tendencia. Macaulay Caulkin en “Mi pobre angelito” y los actores de “Malcolm, el de en medio” se ven más como los niños que se sientan en nuestra mesa y que juegan en nuestro patio. Las audiencias, gradualmente, comenzaron a acostumbrarse a las pecas, al cabello despeinado, a los lentes y a los brackets en pantalla. Se convirtieron en chicos que nuestros hijos admiraban y con los que se identificaban.
Me remonta a un artículo que salió en el New York Times, “Un poco demasiado lista para el close-up”. Al igual que el rechazo del bebé de Gerber años atrás, el autor señala que existe una tendencia que se aleja de la contratación de actores y actrices que se vean artificialmente perfectos. Los implantes de senos, Botox y cirugías, anteriormente utilizadas para resaltar la belleza, devolver la juventud y asegurar papeles, ha resultado en una apariencia homogénea que está aburriendo a los productores de Hollywood. Una directora de casting dijo que sugiere a sus clientes que no se hagan cirugías, especialmente las celebridades más añejas que están perdiendo oportunidades de trabajo porque su piel está muy tiesa o hinchada por el rellenador. “Lo que yo quiero ver es real”.
¿Será que les han dado luz verde a los actores para verse de su edad en Hollywood? ¿Acaso los publicistas y productores se han dado cuenta de que lo que funcionó para los consumidores pequeños hace años podría atraer a las audiencias adultas de la actualidad? Tal vez, los mismos padres que compraron productos de esos niños reales en televisión, son los que generan este deseo de ver adultos auténticos en pantalla. Malas noticias para los actores y actrices que alteraron su apariencia permanentemente para cumplir con lo que ellos creían que la cultura demandaba. Las buenas noticias son para aquellos que están por llegar a la mediana edad y están ansiosos de encontrar soluciones alternativas para verse y sentirse bien conforme su apariencia cambia, en la pantalla y fuera de ella.
Si esta jugada, de lo plástico a lo real, señala un verdadero cambio de paradigma en los medios, es posible que, eventualmente, tenga un impacto a largo plazo en la experiencia de la edad que tenemos, física y psicológica. Imagina ver rostros y cuerpos que se vean como el nuestro, en lugar de los de unos actores y actrices jóvenes que nos impulsan a desafiar la edad a cualquier costo. Las mujeres podrían identificarse con estas imágenes si llegaran a los medios, incluso reconfortarse, en lugar de vivir aterradas por los cambios que experimentan con la edad. Los hombres también podrían sentir alivio, de otra forma. ¿Qué hombre quisiera que le recordaran constantemente que deben ser irresistibles para las mujeres y estar listos para la acción en cualquier momento? ¿Cuántos hombres de mediana edad pueden mantenerse así por horas… naturalmente? Esos anuncios le llegan a los hombres, al igual que los cosméticos anti edad han llegado a las mujeres por años.
En la última década, nuestros ojos se han acostumbrado a esos chicos que se ven tan graciosos y nos hablan desde nuestras televisiones. Son un gran hit. Graciosos es lo nuevo adorable. Si nos acostumbráramos a ver imágenes más realistas de mujeres y hombres de mediana edad, tal vez nos sentiríamos de la misma manera respecto a los cambios que trae la edad. Ninguno de nosotros—ni la más bella de las mujeres—es inmune. Tal vez terminemos admirando la forma en que nos ganamos estas líneas de expresión poniendo el reflector en los lugares adecuados. Algunos de nosotros tal vez tenemos líneas en el cuello y unos ojos hermosos. Otros tendrán cabello delgado pero dientes fuertes para una sonrisa maravillosa. En lugar de ver la edad como una debilidad o un problema que debe ser resuelto, los medios nos podrían ayudar a entender que envejecer es natural, aceptable e inevitable. Si usaran modelos y actores que se cuidaran de modos saludables y razonables, podrían servir de modelo a seguir, para motivarnos en lugar de hacernos sentir que “ya no damos el ancho”.
En lugar de aprender a “no vernos viejos”, de las figuras en los medios, podríamos aprender a envejecer bien. Eso sí que es un ángulo novedoso.