Lamentablemente, esta enfermedad no siempre respeta edad ni género. Los jóvenes tienen el riesgo de contraerla también y requieren tratamiento. Entre más pronto lo reciban siempre es mejor para evitar que avance y afecte su calidad de vida. Algunos síntomas son:
- Dolor y rigidez en las articulaciones de los dedos de los pies, rodillas, tobillos, hombros o cuello
- Algunos niños se niegan a andar sin poder explicar la razón
- La temperatura sube a más de 39º, generalmente por la tarde
- La fiebre suele ir acompañada de erupciones y escalofríos
- Poco apetito, pérdida de peso
- Anemia
- Irritabilidad, apatía
- Inflamación de las glándulas linfáticas
- Dolor y enrojecimiento ocular
- Dolor en el pecho (si la enfermedad es tan seria que afecta al corazón)
Siempre es mejor prevenir, y como es sabido que el factor hereditario es uno de los más comunes, mantén un ojo avizor ante estos síntomas, sobre todo si tú o tus hijos tienen antecedentes familiares. Ante la duda, acude con tu especialista.
Fuente: TNRelaciones