Vivimos en una sociedad obsesionada por el peso; en las revistas, en la televisión, en internet o por recomendaciones de conocidos, nos llegan las más diversas alternativas para lograr ese peso ideal y esa imagen tan anhelada de nosotros. Sin embargo, quizá incluso antes que el cambio de hábitos, las dietas o el ejercicio, sea necesario hacer un cambio de pensamiento para asegurarnos de que el cambio sea sano y permanente.
No es raro recurrir a dietas, eliminar por un rato algún alimento para llegar a una determinada meta –a menudo vinculada a una fecha especial– o convertirse en fan del gimnasio por unas cuantas semanas. El problema es que la solución suele ser temporal y regresamos a los viejos hábitos. No es que las dietas no funcionen o que el ejercicio no tenga los resultados esperados, la dificultad que subyace está ligada a la forma en que nuestros pensamientos interfieren en el alcance de nuestros objetivos.
Nuestra mente es poderosa, y no se trata de una magia del pensamiento sino de ponernos en el estado mental adecuado para lograr cualquier cosa que nos proponemos; en este caso, lograr nuestro peso ideal.
Debemos cuestionarnos por qué queremos bajar de peso; a menudo es más la presión del entorno que nos rodea lo que nos empuja a buscar un ideal de belleza, otras veces es la búsqueda de un mejor estado de salud o una solución cuando nos han dicho que tenemos que cuidarnos; otras veces se trata de objetivos temporales: entrar en un vestido o tener un cuerpo envidiable para las vacaciones.
Sea cual sea el caso, debemos ser conscientes de qué es lo que nos motiva a buscar ese peso determinado y darnos cuenta de que no se trata solo de llegar a una meta –lo menos importante es alcanzar un número– se trata de un cambio de vida. Si queremos lograr ese bienestar y no preocuparnos de repetir el ciclo de bajar y subir, es necesario cambiar nuestro pensamiento.
A veces nos resistimos a seguir adelante en nuestros objetivos y nos saboteamos porque en realidad no estamos convencidos de querer hacer un cambio de hábitos. Es por eso que el primer paso debe ser mentalizarse. Las estrategias que utilicemos a continuación dependerán de nuestros deseos e intereses, pero lo más importante es hacer el compromiso con nosotros mismos para lograr esa nueva forma de vida y adquirir los hábitos que no sólo nos ayudarán a perder peso, sino que beneficiarán nuestra salud, nos llenarán de energía y nos harán sentir mejor.
Escrito por: Elena Pedrozo
