Escrito por: Rebeca Harfuch
Durante casi 18 años se volvió un juego de miradas cruzadas, sonrisas escapadas, en las misas de la una, él acababa de enviudar y tu mi querida amiga habías terminado con un divorcio después de 15 años de lo que habías nombrado como un buen matrimonio, que te dio sorpresas inesperadas de varios romances escapados del hombre que amabas.
Ese pequeño flirteo no llegaba a más, hasta que animada por un buen grupo de amigas, te pedimos que te acercaras; qué podías perder, primero dijiste que no, pretextos no te faltaron, pero finalmente dijiste sí. (Algún día)
Pero, la vida no acaba de sorprendernos, muy decidida, llegaste sola a aquella cita dominguera, después de darte valor, pero esta vez él no estaba solo, una amiga le acompañaba.
No te desilusionaste, dijiste que habías llegado tarde, tarde, te dijimos, después de 18 años, amiga.
No era un amor platónico, no lo conocías, le inventaste mil nombres, lo llamaste finalmente Ausencio Días. (Por aquello de que estaba ausente toda la semana)
Significó la ilusión, la ilusión dominguera, finalmente decidiste dejarlo como un Capítulo Cerrado.
Escrito por: Rebeca Harfuch
