A menudo nos encontramos en la disyuntiva entre lo que deberíamos hacer y lo que realmente queremos. Existen expectativas sociales que nos impulsan a seguir ciertos caminos, pero cuando nos atrevemos a buscar nuestro propio camino, podemos ser más felices.
Encontrar tu pasión no se trata de una búsqueda mística, se trata ante todo de autoconocimiento; saber qué es aquello que queremos más allá de las influencias externas sobre cómo debería ser nuestra visión del mundo. Se trata de darle predominancia a tu yo real sobre tu yo social.
Un propósito no tiene que ser algo serio o pesado, no se trata de una meta superior que guiará nuestras acciones y pasos, se trata más bien encontrar eso que te hace ser tú, la pasión va ligada a la autenticidad y no tiene que ser una meta en particular, disfrutar la vida al máximo puede ser tu pasión.
La pasión debe ser un motor que nos impulse en todas las áreas de nuestra vida. Tener una pasión nos ayuda a tener mayor claridad sobre nuestro camino, nos hace pensar que las cosas son posibles y nos puede ayudar a tener una mejor relación con nosotros mismos y el mundo. Le da un significado a nuestra vida y nos permite alcanzar el éxito en nuestros propios términos.
No necesariamente tiene que ser una, muchas cosas pueden brindar pasión a nuestra vida, lo más importante es cuestionarnos.
Escrito por: Elena Pedrozo
