El término resiliencia se usa en la física para determinar el estado de los metales, se dice que éstos después de haber sido manipulados, o expuestos a cualquier cosa que les haya cambiado la forma tienen la capacidad de resiliencia que es regresar a su estado y forma original.
Este término lo escuché cuando empecé en la recuperación de mi adicción al alcohol y drogas pero me parecía sumamente extraño y ajeno. Conforme fueron pasando los meses fui entendiendo el término cuando se refiere a personas.
Todos tenemos la capacidad de resurgir de cuestiones dolorosas, adicciones, muertes de seres queridos, enfermedades, entre muchas otras cosas que nos puedan suceder y que no están en nuestro control. Lo que quiero decir es que no tenemos que estar condenados a quedarnos sufriendo por los hechos para el resto de nuestra vida, sin embargo sí hay personas a las que les cuesta más salir que a otras. En el caso concreto de las adicciones hay muchos casos en los que se dan recaídas que si se aprendieran a capitalizar podrían ser precursoras de la resiliencia, de tal suerte que la persona pueda salir del “fondo” en el que se encuentra y hacer un cambio en su vida. Aunque se dan también casos diversos en los que la necesidad emocional y física, son tan profundas que las recaídas provocan más resistencia al cambio. La resiliencia no sólo nos ayuda a resurgir, sino también a soportar cambios bruscos de nuestro entorno que nos pueden hacer perder la estructura. La resiliencia tiene que ver con maleabilidad y capacidad de adaptación más que con fortaleza para soportar.
Me llegó por ahí un artículo que enumera siete aspectos de la persona resiliente, estos son:
1.- Autocontrol: tiene que ver con la introspección, para dar pie a conocernos y aceptarnos como seres humanos.
2.-Responsabilidad: tomar responsabilidad por las cosas que nos ocurren, saber que tenemos el poder de salir y hacer uso de nuestros recursos, aún cuando implique pedir ayuda para lograrlo.
3-Autoestima: tener buena autoestima no es una casualidad, esta debe construirse con base a una buena aceptación de nuestra persona, buscar el aspecto positivo de las cosas.
4.-Sentido de vida: tener motivaciones, metas, pasiones o vocación por algo que nos genere bienestar y visión al futuro, aunque no necesariamente deben ser motivaciones materiales, éstas también pueden ser espirituales.
5.-Ser flexible: es aceptar los cambios como enseñanzas de la vida, adaptación a lo que no se puede controlar y fortaleza para cambiar lo que sí se pueda.
6.- Perseverancia: completar los proyectos iniciados, no dejarse vencer a pesar de los obstáculos y personas en contra.
7.- Relaciones personales sanas y positivas: se trata de rodearse de personas que aporten cosas positivas, generar sentido de pertenencia, y vínculos afectivos sólidos.
En mi opinión creo que todos los seres humanos tenemos la capacidad de ser resilientes, aunque no todos nacemos con las mismas virtudes para generarla, sí podemos adquirirlas o aprender con la ayuda de otros.
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