Bienestar

Como siempre

como-siempre-2Hoy por la mañana salió el sol como siempre, las nubes estaban tranquilas esperando que el aire las moviera para algún lado del cielo y éste estaba grandote y azul, como siempre. Dí un salto cuando mi despertador solicitó mi presencia en la realidad y mis ganas me tocaron el hombro para que dejara de soñar con los ojos cerrados, mientras, a lo lejos, escuchaba una canción de The Killers que logró despegar mi carne de los huesos y ambos de las sábanas, como siempre.

Me levanté y me estiré al tiempo que bostezaba y deseaba, como siempre, más horas de sueño. Inhalé profundo y agradecí otro día, aunque no siempre. Iría al mismo trabajo, con los mismos compañeros, por el mismo camino, en el mismo auto. Llegaría a sentarme en el mismo lugar, seguramente desayunaría lo mismo de días antes y me fumaría un cigarro después, como siempre.

Mismos problemas, mismas llamadas, mismas personas, canciones iguales, conversaciones intercambiables de forma pero exactamente idénticas de fondo, colores de repuesto y café caliente o té rojo o morado y mis ojos con raya negra y alguien se va y nadie vuelve pero todo llega y a su justo tiempo, como siempre.

Mismo atardecer, mismo viento, idéntico camino nocturno, mismos planes -bendito sea Dios- mismos sueños, mismas situaciones, circunstancias y seres humanos y entonces me percaté de lo único de toda mi vida que siempre cambia y que siempre se mueve, que modifica su lugar pero que regresa a su punto de partida, que vomita el alma y se la vuelve a tragar y cada vez abre más la boca porque mi alma cada vez está mejor alimentada, y ese algo soy yo.

Hay días en los que todo parece igual, pero no lo es, porque ese día no lo has vivido, esa luna no te había alumbrado así y definitivamente tú no eres la misma persona con el pasar de los días. Con el devenir del tiempo somos simplemente otros en el mismo cosmos y con las mismas estrellas de techo.

Jamás me había percatado de tal suerte, de tal maravilla. Es increíble, mientras el despertador suene y reaccionemos a su llamado levantándonos para vivir cualquier cosa puede suceder ¡cualquier cosa!

Ya te fuiste a Argentina y hace unos meses ni siquiera estaba esa posibilidad en tu mente, es más, hace unos meses ni siquiera te conocía, bienvenido. Estás embarazada y hace unos meses no imaginabas como era tener un ser humano dentro de ti. Matías es un parlanchín y hace unos meses no hablaba.

Cada vez tienes clientes más grandes ¿te acuerdas cuando empezaste tu despacho Román? Gilda, María José es hermosa, hace unos meses no la conocías. Tere, te ves estupenda amiga ¿quién se iba a imaginar ese cambio? Gina ¡Felicidades hermana! Estoy muy feliz por ti. Chelis, en hora buena.

Yo, por mi parte, me siento como nunca, sí, como nunca antes, he vuelto a la ingesta diaria de cafeína, la gastritis y la colitis decidieron irse lejos y dejarme en paz. Fumo cada vez menos y ya estoy echándole el ojo a la pista, pronto regresaré a correr.

Y así siguen pasando los días, no necesito ganarme la lotería o conocer a alguien famoso para que mi día tenga valor, porque repito, la única variable en mi día soy yo; decido si el día será verde o gris, si me dolerá la cabeza o me sentiré sana, si me tomo una o dos copas de vino blanco. Controlo mi estado de ánimo, mis pensamientos, mis acciones, mis emociones, nadie me hace sentir bien o mal, nadie controla mi mente ni mi corazón más que yo.

Y lo único que controlo es el equilibrio entre el no controlar y quitarle a las cosas o a las personas el volante de mis emociones, yo manejo. De éste autocontrol estoy construyendo un hábito, ya llevo mucho más de quince días y la sumadora sigue su curso.

Deseo que hoy sea un día especial para ti, no olvides que el autor de las canciones que tocan en tu mente y el escritor de las letras de tus emociones, eres tú, como siempre.

Escrito por: Evangelina Jiménez Olvera.

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