Autora: Adriana Barroso
Algunas veces es más fácil entregarle la responsabilidad de nuestras decisiones a alguien más. Ni nos comprometemos, ni sufrimos y si tenemos a quien echarle la culpa de los problemas que pudieran suscitarse en el camino. Por otra parte, cuando decimos como tú quieras, lo que tú digas, etc. estamos renunciando a ser nosotros mismos y nos perdemos en el otro.
Cuando esta conducta llega al extremo, dejamos de decir “yo” y lo cambiamos por el “nosotros”, nos olvidamos de nuestros gustos, proyectos, inquietudes, etc. porque ya no distinguimos los límites de nuestra propia persona y nos fundimos totalmente en el otro.
Desde la Gestalt las personas que confundimos donde comienza y termina nuestro yo y donde comienza el del otro estamos en la interrupción del ciclo de la experiencia denominada confluencia.
Las personas que nos ubicamos en la confluencia tenemos un gran temor al abandono, a la soledad y llevamos grabado el mensaje “te dejarán” por lo que elegimos hacer nuestra las frases: “lo que tú digas” o “como tú quieras” para evitar que “nuestro destino” se cumpla.
El decir siempre “como tú quieras” y caer en la excesiva complacencia trae mucho cansancio y frustración, porque es pesado no escuchar nuestros propios deseos y opiniones.
La confluencia tiene su parte positiva y es el saber ceder. Es importante que nosotras hagamos conciencia y aprendamos a diferenciar sobre qué situaciones y temas queremos ceder y sobre cuáles no. Recuerda que a veces es necesario y muy sano decir en qué no estamos de acuerdo porque de este modo las relaciones maduran; de otra forma, se enferman y se cumplirá irremediablemente la profecía tan temida “te dejarán” y llegará el abandono y la soledad.
Para salir de la confluencia habrá que cultivar el valor de la responsabilidad. Y cuando decidamos recurrir conscientemente al famoso “como tú quieras” ser responsables de que renunciamos a nuestra capacidad de decisión para entregársela a alguien más. También habrá que emprender un viaje hacia nuestro propio reconocimiento en el que redescubriremos nuestros propios límites y aprenderemos a disfrutar lo sano que es tener diferentes gustos y opiniones ¡sin temer al abandono!
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