No cabe duda que estar conectada a cualquier red social brinda la oportunidad de leer muchas reflexiones y distintos puntos de vista sobre cualquier tema. Así como también, es una gran herramienta para estar enterada de lo que pasa en México y en el mundo, y ayuda a ampliar métodos o percepciones para sentirse bien o buscar el bienestar.
Leí un Tweet el otro día que me puso a pensar mucho, hasta que decidí escribir y ahondar un poco sobre el tema, la frase iba así: cuando tu compasión no te incluye a ti, está incompleta. Me resonó bastante en la cabeza, a veces creemos que hacer mucho por los demás son actos genuinos de compasión, a lo contrario con lo que se puede pensar, no creo que anteponer en todo momento las necesidades de otros antes que las propias sea algo compasivo. La compasión puede llegar a ser un buen disfraz del egoísmo y también un móvil muy efectivo para recibir ganancias secundarias. En mi opinión cuando uno hace las cosas así, es decir con dobles intenciones o para manipular, eventualmente hay un rebote o en el mejor de los casos los resultados acaban siendo poco favorecedores.
Según Wikipedia, compasión se refiere a “una emoción humana que se manifiesta a partir del sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión describe el entendimiento del estado emocional de otro, y es con frecuencia combinada con un deseo de aliviar o reducir su sufrimiento.”
Hablando de tener compasión con nosotros mismos, la contra parte podría ser la exigencia exagerada, nos sobre exigimos en muchas áreas de nuestra vida o diario vivir y vamos perdiendo la capacidad de satisfacer nuestros propios deseos.
La compasión además de ser un entendimiento emocional del otro, debe ser también de nosotros, aprender a escucharnos y dejarnos sentir, aún cuando esos sentimientos no nos resulten agradables. Cuando suceden eventos tristes o frustrantes, tratamos de no dejarnos llevar por la tristeza o el enojo por muchas razones, quizá por no mostrar nuestro lado vulnerable, o por guardar las apariencias frente a otros. El asunto es que cuando no nos permitimos sentir o en su defecto cuando no hablamos con otros de las cosas que nos generan sentimientos y pensamientos desagradables, es de alguna manera obligarnos a reprimirlos. Si no damos rienda suelta a esos sentimientos, es muy poco probable que podamos aprender de la experiencia que los provocó y eventualmente se conviertan en resentimientos.
Recibir compasión de los demás es de alguna manera tenerla por y para nosotros mismos, desde luego sin caer en la autocomiseración, aprender a recibir cariño de los otros incluso puede ser un acto de humildad. Sígueme en Twitter @reginakuri
Escrito por: Regina Kuri