Todo lo que hacemos comunica...y lo que no hacemos también
Esta es una de las principales reglas de la imagen y la seducción, ya que la percepción que tenemos de una persona se forma de acuerdo a los estímulos que emite y recibimos.
Seguramente te ha pasado que haces una llamada, tal vez para pedir información acerca de algo que quieres comprar. Cuando te contestan, por el tono de voz, el volumen, la rapidez con la que habla, las palabras que usa, etc., te formas una imagen de esa persona que está al otro lado del teléfono. Cuando la conoces, es totalmente diferente de cómo la imaginabas.
Con su sólo tono de voz y sin decírtelo directamente, esa persona te comunicó si era hombre o mujer, su edad, su nivel cultural, su estado de ánimo, su seguridad o timidez, etc.
Tal vez te imaginabas que la persona que te contestó era un hombre de 40 años, alto, moreno y con una sonrisa agradable. Pero el día que lo conoces, resulta ser un hombre de 60, blanco, mal vestido y de mal humor.
De esta manera cada persona que te escucha, te huele y te ve, hará una serie de suposiciones acerca de ti, y ya sea que sean ciertas o no, te tratarán de acuerdo a lo percibido:
- Si te ves como secretaria, te tratarán como secretaria.
- Si hablas como niña consentida, te tratarán como niña consentida.
- Y si hueles a trapo viejo, te tratarán como… trapo viejo.
Lo anterior es una realidad en la vida social y profesional, desgraciadamente en el mundo actual la mayor parte de la gente se guía en gran medida por el aspecto visual. Igualmente pasa en las relaciones de pareja, donde el hombre se deja llevar más por lo visual y la mujer por lo que siente. Esto es sólo una generalidad, ya que podremos encontrar mujeres que se fijan solamente en el físico del hombre, y hombres que no les importe en absoluto el físico de una mujer.
Usemos una metáfora con regalos:
Imagina que es tu cumpleaños y que recibes 2 regalos. Uno está envuelto en un papel rojo elegante, tiene un moño grande y una tarjeta pegada que dice FELICIDADES. El otro está envuelto en periódico, está sucio y no tiene tarjeta de felicitación. ¿Cuál te darían más ganas de abrir?
No sé por qué presiento que escogiste el regalo rojo.
Pues lo mismo sucede cuando te relacionas con un hombre. Puede que el contenido le guste o no, pero definitivamente abre los que mejor envoltura tengan, y esto no quiere decir que sólo tenga en mente compartir con una mujer de catálogo de revista. Una mujer es bella en su envoltura por lo que comunica: seguridad y confianza sobre todo, lo cuál produce una mejor imagen interior y exteriormente. Incluso hay que aprender a arreglarse para uno mismo, el hecho de estar limpio, con ropa que nos siente bien, con un perfume de olor rico, etc. nos ayuda a relacionarnos más que cuando no lo hacemos, además de que uno se siente mejor consigo mismo.
El punto no es arreglarse para los demás, sino para uno mismo. Creer y saber lo que somos y lo que valemos nos ayudará a proyectarlo a las demás personas y ser tratados como nos corresponde.
Escrito por Alan Arriaga, Sociedad Especialista en Imagen y Seducción.