Bienestar

Creatividad, un salto espontáneo al desarrollo

creatividad_un_salto_espontaneo_al_desarrolloDaniel, mi hijo, tenía un amigo en el kínder que venía de Taiwán. Como suele suceder, los papás nos hicimos amigos. Un día fuimos invitados a cenar a su casa. Si bien la comida fue estupenda, lo que más recuerdo ahora fue la sorpresa que me llevé desde el primer momento que entré a su casa. Prácticamente todas las paredes estaban rayadas. De forma desordenada había dibujos – o lo que parecían ser dibujos –hechos con crayones. Todo a baja altura. Era obvio que Kenny Han había rayado toda la casa. Preguntamos qué sucedía y con un aire de no importa, los papás nos explicaron que ellos preferían repintar toda la casa posteriormente y mejor así estimular la creatividad de sus hijos.

Años más tarde visitamos la casa de los abuelos y, claro, al poco tiempo de entrar, Kenny y Daniel ya se habían metido en la enorme fuente que adornaba el vestíbulo. Cada chorro de agua que salpicaban desde la fuente parecía ser una muestra más de orgullo de los abuelos. Una sonrisa complaciente los invadía.

Esa suerte de rebeldía no era generalizada. Tanto Kenny como sus papás y los abuelos eran personas muy educadas y atentas con los demás. La espontaneidad del pequeño contrastaba con sus buenos modales en la mesa. Pregunté sobre si esas costumbres eran típicas de Taiwán, a lo que no tuve una respuesta muy concreta salvo que en aquella región la espontaneidad es parte fundamental de la cultura.

Inventar para adaptarse

Desde los ochenta, Taiwán es considerado uno de los países asiáticos con mayor desarrollo e inventiva. En México, la creatividad no parece ser un atributo tan apreciado en la educación de nuestros hijos.

Normalmente tendemos a preocuparnos más por las calificaciones que obtienen en matemáticas o español que en música o arte. No que una materia sea más importante que otra, sino que todas lo son. Y es que la creatividad es precisamente esa capacidad para crear algo nuevo. Qué aburrida sería la vida si siempre fuera la misma música, sin cuentos o historias nuevas, sin cine, sin computadoras ni televisores. Todos esos inventos requieren de creatividad. Y quizá más importante, los grandes retos que nos presenta el futuro van a requerir de mucha inventiva para adaptarnos exitosamente.

La creatividad se estimula

Es precisamente el medio ambiente el que facilita la inventiva. De acuerdo con investigaciones, el ambiente educativo fomenta más la creatividad que la herencia genética. Si bien muchas personas inteligentes son creativas, lo cierto es que ésta puede desarrollarse aun en personas de capacidad intelectual normal o incluso baja. Aún las respuestas lentas pueden ser creativas si son nuevas.

La creatividad en un niño está relacionada con sus experiencias en la escuela y en la casa. Algunos ambientes familiares, como una actitud más relajada y menos autoritaria, son características de los individuos creativos. Y al revés, ambientes dictatoriales son comunes en individuos sin creatividad.

Espontáneos

Las personas que podríamos calificar como creativas tienen algunas características comunes. Ellas tienden a ser más impulsivas y espontáneas que los demás. Son personas que no gustan del conformismo –que no hacen lo que la mayoría hace simplemente porque sí. Otros rasgos comunes son que no tienen miedo a experimentar nuevas alternativas, de opinar diferente, de no dejarse presionar por los amigos, de ser bastante flexibles para enfrentar los problemas, se adaptan con mayor facilidad y al mismo tiempo pueden ser bastante persistentes en la búsqueda de soluciones. También muestran una capacidad extraordinaria para relacionar cosas en apariencia dispares.

Valores sí, reglas no tanto

En general podemos decir que los padres de hijos creativos los encaminan sin reglas rígidas. La disciplina que les enseñan no es tanto el respeto irrestricto de las reglas sino a procurar valores. Del mismo modo aprecian los logros propios del niño y no tanto las calificaciones escolares. Los padres de individuos creativos llevan una vida plena con una variedad de intereses y pasatiempos.

La forma de estimular su inventiva es a través del respeto a su individualidad, de confianza hacia lo que hacen, no colocando etiquetas preconcebidas y procurando que hagan aquello que les llama la atención. La creatividad se estimula con libertad y aplauso, no se le califica con prejuicios.

Cuándo ver al doctor

En algunos casos, la creatividad se relaciona con enfermedades mentales. Algunas de éstas son la depresión, la esquizofrenia, el desorden bipolar y el déficit de atención e hiperactividad. Y no por ser creativo se tiene alguna neurosis o patología.

Estudios controlados con gente creativa y sana mentalmente muestran que estas personas tienen características comunes con gente maníaca depresiva; son sanos pero parecen bipolares. Los padres de niños sumamente creativos deben saber que sus hijos pueden presentar alguno de estos fenómenos y que ello puede ser fácilmente controlado por un especialista.

Cero en calificación, diez en disfrutar

En resumen, las escuelas y las familias pueden fomentar la creatividad de los niños al facilitarles actividades que les permitan un papel activo en el proceso del aprendizaje, otorgándoles mucha libertad para explorar bajo un ambiente relativamente libre. Y al hacerlo, dejar que participen en actividades por el simple placer de hacerlo, por el goce que ello significa y no por calificaciones o metas preestablecidas.

Ideas creativas

La búsqueda de puntos de vista creativos puede volverse un hábito en casa y una forma divertida de pasar el tiempo con tus hijos. Una manera de que los padres procuren el pensamiento creativo en sus hijos puede ser al momento de la comida o la cena. Plantea algunos problemas. No importa cuáles ni tampoco importa la respuesta. ¿Cómo podemos hacer para que vuele un coche? ¿Si estuvieras en el desierto qué te gustaría hacer? ¿Qué se puede hacer con tanta basura? ¿Qué ropa llevarías a la luna? Lo valioso es que el pensamiento de tus hijos ronde libremente. Si acaso apoya su intuición. Muéstrate interesado en lo que dice. Y no obligues a nada, ni siquiera a pensar.

Escrito por: Revista SuperMujer

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