Cuando una pareja busca el embarazo, existen sentimientos de ilusión y anhelo, pero después de un tiempo comienza a surgir la ansiedad y la angustia, sobre todo si no se ha logrado concebir después de varios meses. ¿Qué se considera una espera media normal? ¿Cuándo se debe preocupar la pareja?
Lo primero que hay que tener en cuenta es la edad. Para parejas cuyos miembros (sobre todo la mujer) tienen hasta 35 años, "lo normal es que consigan el embarazo dentro del primer año en que mantienen relaciones sexuales sin protección", explica Isidoro Bruna, ginecólogo jefe de la Unidad de Medicina de la Reproducción del Hospital Universitario Montepríncipe de Madrid. "Las parejas mayores de 35 años deberían pedir ayuda médica si no consiguen la fecundación a los seis meses de estar buscando al niño".
No hay que agobiarse
Es muy importante mantener la calma. La ansiedad propia, la presión de las familias o la existencia de parejas cercanas (de hermanas y amigas, sobre todo) que tengan niños pueden generar verdaderos agobios, que terminan siendo contraproducentes.
Alrededor de un 85% de las parejas jóvenes y sanas que tienen relaciones frecuentes, lograrán un embarazo en el plazo de un año, y un 93% tras 2 años. Hay personas que tienen más factores de riesgo de infertilidad; por ejemplo, las mujeres que han tenido una infección pélvica, o los hombres que han padecido enfermedades u operaciones de testículo. En esos casos, es aconsejable acudir a consulta médica antes de encargar familia.
La infertilidad absoluta sólo ocurre en unas pocas situaciones específicas: las de mujeres con las trompas obstruidas o que no tienen útero u ovarios, y hombres que no tienen espermatozoides. Pero, incluso esos casos, gracias a los avances de la ciencia, no son definitivos: se puede llegar a lograr la concepción mediante la aplicación de tecnología médica. Es decir, hoy en día el asunto se puede ver con optimismo, porque, en rigor, muy pocas veces el problema carece de solución.
¿A dónde acudir?
El cuerpo y el reloj biológico no entienden de cambios culturales, y la edad ideal para procrear sigue estando entre los 20 y los 30 años. Cuando una mujer tiene más de 35, el número de óvulos ha disminuido. Ciertas enfermedades que a los veinte años son irrelevantes (como ovarios poliquístico, miomas o endometriosis) se convierten en problemáticas, e incluso aumenta notoriamente el riesgo de que el feto sufra algún tipo de alteración.
Pedir ayuda médica quiere decir simplemente solicitar una consulta con un ginecólogo o incluso con el médico de cabecera, que realizará un análisis para detectar si existe algún problema en alguno de los miembros de la pareja, o en ambos, para concebir niños. En función de esos resultados, se determinará una estrategia terapéutica para procurar que la concepción se produzca. Cada caso es diferente y obliga a un tratamiento distinto, en función de las características de la pareja.
Fuente: www.consumer.es