Bienestar

Dejemos pasar

dejar-pasar¡Ay éste tráfico capitalino! Nos entorpecemos, la lluvia magnifica todo y nos volvemos un tanto más desgraciados al volante, es la verdad ¡rápido, rápido!, ¡muévete!, ¡estás ciego o qué!, y no dejamos pasar a nadie y nadie nos deja pasar. Uso el verbo pasar tanto literal como en subtexto, y siempre me pregunto ¿Qué nos cuesta dejar pasar?

Hay algunas cosas que agradezco del tráfico: durante el sin fin de horas estancada en alguna de las calles o avenidas de éste Distrito Federal, me he pintado las uñas, maquillado, he ingerido alimentos, de repente leo. Los hombres, por ejemplo, adoran sacarse los mocos, no sé por qué, pero del 100% de los hombres que se atoran en el tráfico, el 90% encuentran verdadero placer en introducir su dedo índice en una de las fosas nasales para hurgar con la esperanza de encontrar amigos de color verde ¡Desagradable!

Pero bueno, estábamos en que el tráfico nos permite hacer muchas cosas, la que más me gusta es escuchar la radio. Hace unos días decidí modificar mis hábitos radiofónicos, apreté los botones desesperadamente yendo de una estación a otra, con la finalidad de encontrar algo que atrajera mi atención y de pronto el llanto desmedido de una mujer me hizo parar. Resulta que era una mujer entre los 25 y 30 años que llamó a la estación para que los locutores la ayudaran a recuperar a su ex novio con el que había terminado seis meses atrás, después de 5 años de relación.

Su llanto era tal que me estremeció. Los locutores lograron comunicarse y la voz de la radioescucha desesperada cambió, en ella había esperanza, misma que pronto desaparecería. El ex novio la terminó porque ella nunca le prestaba atención ni le daba tiempo, “estaba muy ocupada trabajando y hoy me doy cuenta de mi grave error, lo amo”, dijo esta mujer mientras de fondo se escuchaban los tonos del llamado del teléfono.

Aunque debo confesar que él era muy celoso, posesivo y violento, terminó de explicar justo antes de que se escuchara el último timbrazo. Cuando él contestó, la mujer paró de llorar y comenzó a declararle su amor, le dijo múltiples veces que estaba arrepentida, que lo quería de vuelta y después de un suspiro finalizó: “Lo siento mucho, sé que fue mi error, sé que has encontrado a alguien más, deseo que te vaya bien”. Él, solo dijo gracias y colgó.

El consejo de los locutores para ésta mujer fue que ya olvidara a este individuo y se concentrara en ella, en seguir adelante. Le insinuaron que era algo tonta por extrañar a alguien que no la trató bien.

Yo no doy consejos, pienso que el derecho de darlos es de personas sabias, como los padres o los abuelos, pero se me dificulta bastante no manifestar lo que pienso. Estoy de acuerdo con los locutores, aunque no en la forma sí en el fondo. ¿Cómo vas a extrañar a alguien que no te aportaba algo positivo en tu vida? Les propongo que cada que sientan que extrañan a alguien que no aportó nada a su vida, se pregunten qué es lo que extrañan de esa persona y verán cómo no la extrañan, pues se darán cuenta que esa compañía no les dejaba nada bueno.

Si están situados en una relación que sí aporta algo positivo, recuerden entonces que cada día es importante. Como ya he dicho: vivir en pareja es una labor diaria. Cuiden a esa persona que los hace sonreír y suspirar. De lo contrario, se encontrarán en un camino sinuoso del que no podrán salir por más que así lo quieran.

Al final del día, “La persona” que es la que el destino te ha enviado no se va a ir aunque la corras, por el contrario, aquella persona que no es para ti, no se quedará, aunque la invites. No olviden que todo aquello que nos hace bien se nota, somos más alegres, tenemos más planes y la gente nos percibe contentos, tranquilos. Todo aquello que nos perjudica, también se nota, nos vemos cansados, tristes y hasta acabados.

Me hubiera encantado hablar con ésa mujer deprimida, para poder decirle todo esto, tal vez la hubiera ayudado un poco. Lástima, no todo lo que uno quiere se puede. Pero ojalá que todos los que están pasando por una situación así tengan la oportunidad de leer este artículo del que, como todo en la vida, pueden tomar lo que les guste y les aporte algo, y lo que no pueden desecharlo o simplemente dejarlo pasar, como los días, como el tiempo o como a la gente en el tráfico.

Escrito por: Evangelina Jiménez Olvera.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*