Autora: Chuchi González.
Alguna vez he dicho a mis estudiantes, lo tremendo de la vida es que un día te golpean la puerta y te avisan: “Sra. su vida empezó hace 60 años” y nosotros no nos habíamos enterado. ¿Cómo puede suceder? Porque andamos como zombis por la superficie y en lugar de detenernos y mirar hacia dentro, y buscar la flama, la piedra roja que gruñe, que posee toda la sabiduría, que sabe de su valor, pero que calla, porque la presencia física que tenemos hoy, debe aprender al menos en algún momento algo de este viaje.
Vivimos muriendo y dormidos. Cada día es un día menos, una aproximación más al final; y aun así nos damos lujo de ignorar nuestros sentimientos, nuestras necesidades, nuestras voces internas, que envían señales a través de los estados de ánimo, de las enfermedades, de los sueños.
No escuchamos el paso de la vida, seguimos hacia adelante con la fantasía de que nada va a pasar. Pero sabemos que todo pasa. Entonces ¿Para qué mal vivir la vida?
Derrochamos las horas a llorar por él que no nos quiere, acumulamos grasa por comer “por angustia”, abandonamos amistades, discutimos para ganar batallas cotidianas, nos aislamos, nos invadimos de críticas, hablamos para decir palabras dolorosas; y perdemos ingenuamente el único tiempo que tenemos: Lo único que tenemos es este instante
Cuando sucede un evento extraordinario, la muerte de alguien inesperada, un evento de la naturaleza, una separación; de repente sentidos que hemos dado la cabeza contra la pared y despertamos.
Pero no es imprescindible tocar fondo para despertar, podríamos ahorrarnos lágrimas y tiempo.
Lo primero que necesitamos tomar en cuenta es dejar de ser reactivas y ser proactivas. Liderar la bandera de la libertad personal, aprender a elegir y hacernos cargo de nuestras elecciones.
Cuando uno elige, y sabe que cada elección genera una consecuencia, entonces ha comenzado a abrir los ojos.
La mayoría de las personas creen que no eligen, pues las posibilidades que tienen no son oportunidades o no se encuentran disponibles para ellos. Pero siempre elegimos. Todo el tiempo lo hacemos; tal vez no se aparezcan frente a nosotros confortables situaciones para decidir entre “una y otra”, pero aun así elegimos.
Y la máxima oportunidad que tenemos es “elegir como queremos sentirnos respecto de la vida, de nosotras, del amor, de los padres, de la familia”. No podemos evitar ciertas situaciones propias de la vida, pero sí que hacemos con ella y como sentirnos al respecto.
Tips para despertar tu energía
• Olvídate de tu aburrido vestuario, incorpora colores, y sobre todo ROJO, el rojo es erotismo, para llevar una prenda roja tendrá que mostrar seguridad, firmeza, confianza en ti misma.
• Entra en contacto con la naturaleza al menos una vez por semana; sal a caminar sobre el pasto descalza; o quédate mirando el cielo por unos diez minutos; abraza un árbol y siente su energía.
• Antes de dormir haz una pequeña lectura de unos minutos de algún poema bello que te genere emociones positivas, o escucha una canción que te rodee de optimismo; nunca mires el noticiero antes de cerrar los ojos.
• Perfuma tu almohada con una gotitas de tu perfume preferido o enciende incienso; los aromas te ayudan a calmar
• Revisa el lugar de tu ropa interior, y atrévete a ropa sexy y arriesgada
• Haz ejercicio, aunque creas que no tienes tiempo
• Cuida tu alimentación
• Bebe agua
• Sonríe
Si llevas acabo este ejercicio, empezarás a observar la vida desde otra perspectiva, te sentirás renovada, y con deseos de ir por todo aquello que vienes postergando.
