Siempre que escuchamos disfunción sexual, lo primero que viene a nuestra mente es un hombre con problemas de erección. No obstante, existen investigaciones recientes que aseguran el 40% de las mujeres podrían verse afectadas por alguna disfunción sexual a lo largo de su vida.
La realidad es que muchas mujeres no se excitan o presentan infinidad de dificultades para llegar al orgasmo y debido a la educación sexual de la sociedad, no reciben un tratamiento adecuado, haciendo caso omiso de la situación.
Entre las disfunciones sexuales más habituales de la mujer se encuentran las siguientes:
- Falta de deseo sexual: Es uno de los problemas más comunes en la mujer. Aquellas que lo padecen pueden carecer de interés sexual espontáneo, siendo capaces de responder a las necesidades de su pareja, sentirse excitadas e incluso llegar al orgasmo; sintiendo a la vez un rechazo total al acercamiento sexual de su pareja. Las causas vienen desde aspectos fisiológicos, cambios hormonales, problemas de tiroides, hasta cambios en la química cerebral.
- Anorgasmia: El mito sexual más frecuente es que todas las mujeres llegan al orgasmo por medio de la penetración. Siendo completamente falso, estudios han demostrado que sólo el 25% de las mujeres lo alcanzan de esta forma, mientras que el otro 75% necesita estimulación del clítoris.
Se estima que el 12% de las mujeres son anorgásmicas, lo que quiere decir que nunca han tenido un orgasmo, sin embargo muchas de ellas disfrutan del acto sexual. La respuesta orgásmica depende de infinidad de factores, como la excitación sexual, sentirse cómoda con uno misma, tabúes y otras más.
Como tip los terapeutas suelen recomendar a la mujer que experimente con su propio cuerpo para conocerse y aprender a proporcionarse placer a ellas mismas, así podrá compartir con su pareja lo aprendido e indicarle que la hace sentir placer.
- Dolor en el momento del coito: El dolor puede ser tanto profundo como superficial. Cuando es profundo es debido a la falta de lubricación o algún tipo de inflamación pélvica. Ahora bien, el dolor superficial se debe a aftas, herpes genitales o inflamación aguda.
Otros factores podrían ser por intolerancia a los preservativos, cremas anticonceptivas, dispositivos y más.
- Vaginismo: Es un espasmo involuntario de los músculos del suelo pélvico, especialmente los que rodean la vagina, lo cual dificulta la penetración. Algunas mujeres que padecen esto, suelen ser receptivas al acto sexual y alcanzar el orgasmo. Las causantes son múltiples: dolor durante el coito, infecciones vaginales recurrentes y ansiedad.
Experiencias sexuales traumáticas del pasado como abuso sexual, partos complicados, cirugía, actitudes negativas hacia el sexo, etc.
Recuerda que el sexo no tiene porque ser doloroso y que tu desempeño sexual puede estar relacionado con tu salud, consulta a tu ginecólogo para mayor seguridad.
