Leía la revista Scientific American Mind. La edición trataba sobre el poder de soñar despierto o fantasear (daydreaming). Me interesaba pues según lo revelado por los estudiosos, el fantasear o divagar es una fuente de creatividad. Al dejarnos llevar por los pensamientos podemos divisar el futuro, ensayarlo, probar alternativas sin temores a las consecuencias. Divagar es como un gran motor de prueba y ensayo sin temor a los resultados y por lo tanto podemos explorar alternativas con libertad. Razón por la que al divagar encontramos soluciones a retos personales. La creatividad nos permite arribar a nuestras metas.
No deja de ser interesante como las variables descritas sobre el soñar despierto – ensayar el futuro, explorar panoramas riesgosos, imaginar nuevas aventuras sin riesgos – son similares a las definiciones que se tiene sobre el jugar. Por lo que podemos equiparar el juego con fantasear despierto. Y a su vez, en ambas encontramos respuestas a nuestros problemas. En el juego y en la divagación tenemos una rica fuente de creatividad. Lo que supone tener esperanza. Saberse capaz de enfrentar los retos. Es vivir sabiendo que la vida nos ofrece siempre soluciones.
De aquí que podemos coincidir con el especialista en creatividad, Michael Michalco quien afirma que la gente creativa es alegre y positiva. Que los creativos ven las cosas como son y como pueden llegar a ser y se alejan de ver la vida como “lo que no es”. En vez de excluir posibilidades, buscan alternativas sean reales o fantasiosas. La gente creativa interpreta su mundo y no lo ve a través de otros. Y quizá lo más importante, la gente es creativa porque está convencida de serlo.
Orhan Pamuk, premio nobel de literatura, solía imagina “otro mundo” al que se introducía. “En la sala de mi abuela me imagianaba estar dentro de un submarino”, cita la revista Scientific American Mind al tratar el tema de el soñar despierto como fuente de creatividad. Y aquí la lección. Para que la divagación mental sea una rica fuente de creatividad, debemos estar conscientes de que estamos fantaseando pues de lo contrario podemos caer en la evasión de la realidad. Podemos caer en la tentación de querer evadir la realidad a toda costa. La gente más creativa, de acuerdo con estudios, son aquellos que están más “conscientes” de que divagan.
Arte: Allan Banks