Belleza

El cuidado de los pies

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Ellos nos sostienen. Logran que nuestro cuerpo vaya de un lado a otro, y sin embargo muchas veces no le damos los cuidados que necesitan. Según afirman los especialistas, son las mujeres las que sufren a menudo problemas con los pies.

Uno: por cuestiones hormonales su tejido conjuntivo es más débil, lo cual también afecta a la función de sostén del pie; y dos por la moda. La mayoría compra determinado tipo de zapato, no por comodidad sino porque es lo que se usa, pero no saben que ello acarrea problemas.

Por ejemplo, los zapatos con tacón de aguja y con plataforma provocan graves deformaciones, como el dedo martillo o los juanetes. Y ni hablar de las que padecen sobrepeso, lo cual llega a causar mayores complicaciones.

Los encargados de darle salud a los pies son los podólogos. Estos tratan desde callos hasta cirugías reconstructivas. Las enfermedades en los pies varían mucho dependiendo la edad de los pacientes. Los jóvenes por lo general tienen problemas de hongos o callos; mientras que las personas mayores deformaciones debidas a artritis, juanetes y otras enfermedades. Muchas veces estas deformaciones se deben a no haber hecho un buen cuidado durante la juventud, o a infecciones de hongos que nunca se trataron.

Se debe visitar un podólogo cuando hay dolor, el cual puede ser causado por infecciones en las uñas, callos grandes, deformaciones, golpes o juanetes. También si se padece diabetes, SIDA o problemas con el sistema inmunológico. En estos casos las personas no deben cortarse las cutículas y deben tener mucho cuidado con los callos.

Las infecciones en las uñas causadas por hongos son muy comunes. Estas se pueden deber a las siguientes razones: presencia de pie de Atleta sin tratarse (si los pies pican con frecuenta usar un polvo medicado para eliminarlo), usar zapatos muy apretados, usar los mismos zapatos todo el tiempo (éstos necesitan recibir aire para matar las bacterias que se acumulan), no lavarse y/o secarse bien, golpes en las uñas, contaminación al caminar descalzo en áreas públicas como gimnasios.

Por lo tanto, para evitar problemas en los pies es muy importante la elección del calzado. Ante todo cómodo, no comprar zapatos que necesiten un tiempo para ceder. Ni demasiado alto, ni demasiado bajo (es ideal un tacón de dos o tres centímetros).

Tampoco confiarse en el número de su último par, porque los pies crecen y los moldes de los zapateros se modifican. Elegir uno adecuado a la horma de nuestro pie, y evitar las puntas estrechas -responsables de los juanetes- y también se debe evitar que sean demasiado cerrados, porque comprimen en exceso el pie. Para ello es bueno saber cómo comprar. Se deben probar ambos zapatos, con medias, andar un poco, ponerse de puntillas y mover los dedos.

En cuanto a la higiene, se deben lavar a diario y secarse bien los dedos. Cortar de forma regular las uñas, siempre rectas, para evitar que se encarnen, y espolvorearlos con talco, lo cual resulta muy relajante. En el caso de las medias o calcetines -que deben ser de fibras naturales- es ideal cambiarlos todos los días.

Más consejos para su cuidado: realizar una vez a la semana un buen baño de pies. Sumergirlos en agua caliente con sal para relajarlos. Se puede agregar al agua unas gotas de aceite de limón y hierbabuena, lo cual les dará un buen aroma. Luego del baño, limar con cuidado todas las callosidades con la piedra pómez; se termina con un buen masaje con crema hidratante o aceite corporal.

Esta parte del cuerpo, nuestro sostén, necesita del ejercicio, siendo el mejor andar descalzo -por casa, sobre el césped o en la arena de la playa-. Asimismo, andar de puntillas, mover los dedos y hacer rotaciones de tobillo, o intentar tomar objetos con los mismos. Por último, se aconseja hacer rodar una pelota de tenis debajo de ellos, desde la punta de los dedos hasta el talón.

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