El amor verdadero no tiene un opuesto, porque se ubica arriba de cualquier emoción; no es un sentimiento; el amor espiritual está más allá. Es puro. Pero el “amor humano” sí tiene su opuesto, y es el miedo.
Permítete recibir amor. Tal vez has vivido algunas experiencias que te han bloqueado para recibir amor; o viviste con gente que usaba el amor para controlarte; o te utilizaron en nombre del amor; posiblemente el amor estaba condicionado y se te daba o retiraba dependiendo de las circunstancias o para tener control sobre ti; y lo más probable es que no te hayas sentido segura recibiendo este tipo de “amor”.
También es posible que te hayas acostumbrado a no recibir amor, a no reconocer tu necesidad de amor, porque estabas rodeado de gente discapacitada emocionalmente que no podía ni sabía amar.
Pero en algún momento, cuando creas que te lo mereces, haz un alto y reconoce tu derecho a ser amada sanamente. Es tu derecho a la serenidad. Sé que no es fácil, puede resultar complicado aceptarlo. ¿Quién te puede dar amor? ¿Cómo saber en quién confiar y en quién no? ¿Cómo se deja uno amar? ¿Podré diferenciar entre amor y dependencia?
No tengas miedo, aprenderás. El primer paso es la aceptación ante tu deseo de ser amado, ante tu necesidad de que te quieran. Llegará un momento en que te sentirás seguro para dejar que la gente se interese por ti. Te sentirás sereno, con claridad. Si sigues trabajando contigo mismo, tendrás confianza en tu capacidad para escoger a la gente que es confiable y que te puede dar amor.
Evita el miedo y ábrete al amor que está en tu interior, al amor que la gente, la vida y el Universo te mandan. Puede dar miedo fluir en la vida; nos hace contactar con el vacío existencial y el miedo al abandono. Pero sabes que puedes tener claridad y estar sereno.
Permítete a ti mismo recibir amor seguro, sabiendo que puedes cuidar de ti, aun estando con la gente.
“Quien se ama no se queda en las carencias, ya sea en las propias o en las ajenas”. (Legado a Isabel). En el pasado algunas personas no supieron amarte, pero eso es problema de ellos. No tiene por qué ser así para toda la vida, no estás destinado a vivir así sin amor. Mereces aceptación y amor, no tienes que esperar a ser perfecto para que sólo entonces tengas derecho a ser amado.
Por eso, el verdadero amor viene del espíritu, de haber llegado a niveles más altos de comprensión, aceptación, humildad y de algunos otros dones que no conciernen a la mente. Sólo cuando se logra superar el ego (el miedo) es que podemos llegar a amar desde el espíritu, porque el ego busca pretextos, defectos.
En cambio, cuando actuamos desde el miedo, surgen las carencias del amor que no se tiene y dan paso al miedo a ser abandonado, a la no aceptación, a no ser suficientemente capaz, y a todo lo que tiene como consecuencia el miedo. El poder dar en las relaciones no depende de nuestra voluntad, porque en ocasiones quisiéramos hacerlo y no podemos; no tenemos nada que dar, sólo miedo y carencias. No basta con amor y buena voluntad; es un hecho que no se puede dar lo que no se tiene.
Empezar a sanarte significa saber que mereces amor y las cosas buenas de la vida, que mereces paz. Y luego, permite el fluir de la vida.
Escrito por: Martha Isabel Morales