Escrito por: Rebeca Harfuch
Desde mi punto de vista, creo que los televidentes que pasaremos horas viendo todo lo relacionado a este deporte que cada cuatro años celebra un mundial, también pasaremos viendo los mensajes comerciales que llegan, que me dicen que el comer frituras es indispensable, aunque su consumo está puesto en la mirilla por el alto índice de obesidad que enfrentamos; hacer sandwich es bueno, porque no hay tiempo de cocinar nutritiva y equilibradamente, el consumo de cervezas conlleva a la separación de las parejas, aunque esto es manejado por un lapso de un mes que es lo que durará la fiesta.
De los males el menos, hacer sándwich puede ser lo más viable si lo hacemos equilibrando el contenido.
Me pregunto si ¿esto no sería un pretexto para mejorar nuestras relaciones?, ¿convivir con la familia y los amigos?, comer en armonía, consumir discretamente grados de alcohol, y moderadamente las frituras combinadas con verduras y frutas, hacernos todos partícipes de la fiesta mundialista.
Yo sólo veo el futbol cuando mi nieto juega, y cuando mi país participa en un festejo como el que vivimos, me emociono sí, sin saber gran cosa, identifico a los jugadores hasta donde puedo.
Se que las mujeres parecemos no involucrarnos con este juego, pero si miro a mi alrededor cada vez veo más emoción por parte del sexo femenino participando.
Participando con los hijos, padres, hermanos, amigos, pareja, pues es un buen pretexto para estar cerca.
Y la cercanía nos procura una buena relación, y armonía, y esa armonía nos hace mucha falta.
Escrito por: Rebeca Harfuch