Escrito por: Rebeca Harfuch C
Un pequeño pero hermoso pájaro café con copete rojo no dejaba de picotear, me llamó la atención como en su revoloteo se reflejaba en la ventana y parecía verse y entonces empezaba con el incesante picoteo.
A lo largo de los días me fui acostumbrando al ruido provocado, hubo días en que cerraba la persiana pues no permitía mi concentración, sin embargo esto parecía animarlo más.Cuando despierto y con taza en mano del primer café del día parece saludarme
Salí al jardín y me dí cuenta que para el era un enorme espejo donde se refleja pequeño pero hermoso como es.
Así que lo nombré narciso. El pájaro narcisista que se mira en el enorme espejo de la ventana. Y que al mirarse se besa con incesantes golpeteos en la enorme ventana.
Con los días me he acostumbrado, al ruido, a verlo revolotear sus pequeñas alas, cómo va y viene durante el día.
Casi se ha convertido en una compañía. Cuando despierto y con taza en mano del primer café del día parece saludarme, así es narciso un pequeño pájaro que llegó con la primavera.
Escrito por: Rebeca Harfuch