Capacidades y talentos diferentes al hombre
Es cierto que hombres y mujeres somos diferentes pero a veces no resulta tan obvio. La liberación femenina ha sido entendida por muchos y muchas como si las mujeres tenemos que ser varones. Igualdad en todo es una utopía absurda e innecesaria. Tenemos fortalezas y debilidades frente al hombre. Está en nosotras saber sacar partido de nosotras mismas.
Antes que nada las mujeres tenemos una fortaleza esencial: el manejo de las emociones. Si bien en el pasado se nos calificó como el sexo débil, pues éramos muy lloronas, ahora ya no se nos ve tan raquíticas. Más de un hombre reconoce ya que somos altamente tolerantes al dolor, lo que nos convierte en seres fuertes. Y si bien podemos llorar, también es cierto que sabemos sortear mejor los temporales emocionales. Lo que parece una debilidad es una gran fortaleza.
Nuestra inteligencia emocional nos permite medir rápidamente las emociones de otro. Sabemos sentir lo que el otro siente. Hacemos empatía y eso nos permite mayor cercanía. Mejor comunicación, mejor entendimiento. En la familia, en el trabajo, en la comunidad, requerimos congeniar con los demás. Nótese que cuando hay barullo, somos las mujeres quienes tenemos la sartén por el mango. Y lo disfrutamos.
Red de ayuda
Quizá por el manejo inteligente de las emociones, quizá porque somos portadoras de vida y queremos lo mejor para nuestros hijos y para nuestra familia, o quizá porque por muchos años fuimos relegadas, otra de nuestras fortalezas radica en nuestras relaciones sociales. Nos encanta hablar con las amigas, desahogarnos, pedir ayuda, escuchar, ayudar, ser pacientes, tolerantes, rechazamos el desacuerdo, sacrificamos nuestras metas personales por un bien social. Son nuestras relaciones otra gran fuerza personal.
Escrito por: Revista SuperMujer