Bienestar

El poder del perdón

el-poder-del-perdonMucho se ha hablado del perdón a los demás.  Existen incontables frases y escritos sobre el tema, ¿pero acaso se ha comprendido la verdadera magia del perdón?

Cuando el perdón es sincero y provine del amor libera no sólo a la persona o circunstancia que nos causó un dolor, pero principalmente nos libera a nosotros mismos de ese cúmulo de emociones negativas que hemos ido cargando desde el momento del incidente. Y esa liberación de emociones comienza un proceso de sanación interna que se verá reflejado no sólo en nuestro estado anímico sino en nuestra salud física.

Más existe un perdón que es aún más importante y sobre el cual no se habla tanto… el perdón a uno mismo; sí perdonarnos a nosotros mismos es algo que tenemos en el olvido, es un tema que pocas veces se trata y por consiguiente pocas veces se lleva a cabo.

Muchos podrán pensar ¿pero de qué me voy a perdonar a mí mismo? Yo no he hecho nada por lo cual deba perdonarme. Reflexionemos un poco sobre esto. Como ya se ha hablado en muchas ocasiones y en muchos cursos de desarrollo humano, uno es el responsable de la situación actual en la que nos encontramos, uno ha provocado esas circunstancias económicas, familiares, y físicas que vivimos actualmente y en el fondo de nuestro pensamiento sabemos que es así, tal vez de una manera más evidente guardemos en nuestra mente hechos de los cuales nos hemos arrepentido, o de los cuales nos sentimos mal.

Estos sentimientos y pensamientos negativos tienen una carga muy grande y son los primeros bloqueos que salen a la luz cuando nos enfrentamos a situaciones similares en nuestro día a día, ese el freno automático a nuestro crecimiento y éxito.

Perdonarnos a nosotros mismos debería ser un ejercicio cotidiano de liberación. Abramos nuestro corazón a nosotros mismos, tengamos el valor de afrontar aquellos hechos de los cuales tenemos un juicio negativo y que constantemente tocan a nuestra puerta mental y con el máximo amor liberémonos de esa prisión.

Reconozcamos el error y perdonemos liberando esas emociones negativas y llenando ese espacio de amor de comprensión como lo haríamos con las personas que nos rodean. Este ejercicio del perdón se puede hacer a través de la meditación y conectarnos con nuestro niño interno, dándole amor y pidiéndole sinceramente perdón por nuestros actos.

De igual manera que cuando se perdona a un tercero sentiremos un gran alivio pero en este caso lograremos algo mágico en nuestra realidad: Quitaremos el freno permanente hacia la felicidad y el éxito, logaremos la tan anhelada paz interior y por lo tanto estaremos en paz con nosotros mismos y con el entorno.  Fluiremos con facilidad en el día a día y seremos más hábiles para enfrentar las circunstancias adversas que se nos pudieran presentar en el camino.

Perdónate a ti mismo para poder perdonar a los demás y liberar la máxima expresión de ti misma.

Escrito por: Gabriela O. Fortunat

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