Encontrar el amor es una de las mayores búsquedas en la vida; en el cine, en las revistas e incluso en nuestro entorno, las historias de amor son una constante y para muchas personas, son un recordatorio de que ellos también “necesitan” encontrar pareja. Sin embargo, en ocasiones la búsqueda de ese ser amado se hace más importante que la persona en sí y es posible estar dispuestos a amar alguien que sabemos que no es bueno para nosotros.
Muchas personas están más preocupadas por cumplir el ideal que tienen del amor que por amar verdaderamente a alguien. Y es que esa emoción adictiva de los primeros meses, sumada a todas las ideas preconcebidas sobre el amor les hace buscar más la emoción que la persona. Saltan de una relación a otra buscando revivir esa sensación, pues una vez que pasa el efecto del enamoramiento se desencantan. Es esta idealización del amor lo que en ocasiones impide que una relación pueda evolucionar.
Cuando ese deseo de enamorarse es tan grande, estamos dispuestos a aceptar a la primera persona que llegue a nuestra vida. Es tanto el deseo de amar a alguien – o quizás el temor de estar solos– que incluso cuando sabemos que las cosas no funcionarán, nos convencemos de que vale la pena intentarlo.
Es necesario dejar de ver el enamoramiento como una meta o algo que nos “da valor”. Amar no debe ser obligación o expectativa impuesta. Encontrar el amor no debe ser una búsqueda, sino un hallazgo. Lo más probable es que estas relaciones que nacen de la búsqueda desesperada del amor te dejen con el corazón roto.
Si queremos tener una relación verdaderamente buena y sana, antes es necesario trabajar en nosotros mismos. Pues este tipo de aproximación a la idea del amor a menudo tiene que ver con buscar obtener de los otros el amor que nosotros mismos no lo damos, esperamos que el otro nos de la valoración el afecto y estar solos nos hace sentir perdidos.
Debemos hacernos cargo de nuestra propia felicidad, aprender a conocernos, observarnos y darnos cuenta de lo que necesitamos y lo que queremos para nuestra vida. Establecer relaciones afectuosas con familiares y amigos, construidas en la confianza y la honestidad. Aspirar a ser la mejor versión de nosotros para nosotras mismas. Aprender a amarnos a nosotras mismas para poder brindar amor a los demás.
Escrito por: Elena Pedrozo
