Diversas

¿Enojarse?… ¡Sí! Pero sólo por la verdadera causa

E

s bueno y sano tener las reacciones adecuadas a los estímulos que recibimos. Si alguien o una situación logra sacarnos de nuestras casillas, tendremos que decidir qué hacer luego de que se disipe nuestro enojo y podamos pensar con más claridad.
Saber enfocarnos en la verdadera razón de nuestro enfado es la puerta que nos permitirá llegar a la tranquilidad mental. ¿Sabes que, probablemente, más de una vez hayas estado enojado por la razón incorrecta?
Hace poco, en una consulta, una mujer muy joven se quejaba de que su novio sale mucho con los amigos, me preguntaba qué hacer ya que los ve “todo el tiempo”. Ella le hace escenas, se pelean cada vez que él se va con los amigos. Ella se queda sola y triste mientras él se divierte.
Mis preguntas fueron claras: ¿Cada cuánto tiempo sale con ellos? O sea, ¿qué entiende ella por “todo el tiempo”? ¿Y hace cuánto tiempo que están de novios?
Ella me respondió que están de novios hace 8 años, y que él sale con sus amigos cada dos o tres fines de semana.
La frecuencia con la que el novio ve a sus amigos no me pareció demasiado alta como para provocar semejante descontento. Pero el estar 8 años de novia sin planes de concretar la relación en el futuro podía ser la causa…
Saber enfocarnos en la verdadera razón de nuestro enfado es la puerta que nos permitirá llegar a la tranquilidad mental Se lo pregunté directamente, y ella me respondió que sí, que se estaba dando cuenta que en realidad su enfado era generado porque le parecía que perdía el tiempo con un hombre que no buscaba comprometerse formalmente con ella.

Así funcionan las cosas muchas veces: enmascaramos las verdaderas razones de nuestro malestar, o nos enojamos con una persona que no es la indicada, o por causas que no son las reales… Ya lo dijo Aristóteles: “Todos podemos enojarnos, eso es fácil. Pero enojarnos con la persona correcta, en la medida justa, en el momento adecuado, por la razón pertinente y del modo apropiado - eso no es fácil”.
Piensa en una de las últimas situaciones que te hayan enfadado. O mejor aún, si hay algo que te causa fastidio en estos momentos, ha llegado el momento de preguntarte:
¿Estoy realmente molesta por esta situación, o en realidad hay otra cosa (o persona) que me está provocando este desasosiego?
¿Cuál es la mejor manera de hacerle frente a lo que realmente me está perturbando?
Vas a encontrar respuestas impensadas y soluciones bien útiles que te permitirán abrir el panorama a un mayor bienestar.

Escrito por: Merlina Meiler
Coach y Master en PNL
Argentina.

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