Bienestar

¿Es verdad que las mujeres hablamos más?

Uno de los estereotipos más comunes es el de la mujer que no pude callar un minuto. Pero ¿qué hay de cierto en esta idea que ha prevalecido por tanto tiempo? ¿Es verdad que las mujeres hablamos demasiado?

El cerebro masculino y femenino funcionan de forma diferente, por lo que no es de sorprender que nuestra forma de comunicarnos también sea diferente;  el desarrollo de nuestras conversaciones puede ser diferente, no por el tema sino por la forma de abordarlo, los hombres pueden ser más propensos al chiste, mientras que las mujeres tienden a hablar de temas más íntimos, aunque eso no implica que no se pueda dar el caso contrario; la forma de comunicarse es diferente y mientras que los hombres suelen ser más concretos en su respuestas, e incluso recurrir a los monosílabos, esto no aclara la duda respecto a la cantidad de palabras.

Especialistas en diversas áreas ­–psicología, biología, neuropsiquiatría– se han enfrentado a la cuestión de si a las mujeres les gusta hablar más. En algún momento, la neuropsiquiatra Estadounidense Louann Brizendine, publicó un libro que causó controversia, pues afirmaba que las mujeres hablaban unas 20 mil palabras al día, mientras que los hombres alcanzaban unas 7000. Sin embargo diversos investigadores señalaron que sus cifras parecían un poco desproporcionadas y sus resultados fueron descartados.

En 2007, una investigación de la Universidad de Texas, publicada en la revista Science, derrumbó por completo esta idea de que “las mujeres hablan tres veces más que los hombres” que Brizendine había hecho popular.  Al grabar las conversaciones de estudiantes universitarios en Estados Unidos y México. El estudio concluyó que hombres y mujeres hablan una proporción similar de palabras; 16,215 palabras al día las mujeres y 15,669 palabras los hombres, lo que se consideró equivalente, pues si bien hay una diferencia, es muy pequeña para ser relevante.

Entonces, ¿las mujeres hablan más que los hombres? Quizás algunas, pero solo un poco.

Escrito por: Elena Pedrozo

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