Estilo

Evita los malos pasos con un buen calzado

evita_los_malos_pasos_con_un_buen_calzadoA las mujeres nos encantan los tacones. Sin embargo, a veces la moda va en detrimento de la salud de los pies. Aquí te decimos cómo elegir tus zapatos, con tacón o sin él, para disminuir los efectos nocivos al ponértelos.

La Asociación Española de Medicina y Cirugía del Pie asegura que un 70% de la población padece alguna enfermedad del pie. Rozaduras, uñeros, juanetes y callosidades son las repercusiones más comunes y visibles de calzar un zapato inadecuado. Pero no sólo sufren los pies: columna, cadera, rodillas y articulaciones padecen tanto o más las consecuencias de utilizar calzado muy ajustado, pequeño, con tacones muy elevados o de mala calidad.

Hay cinco aspectos esenciales que muchas veces no tomamos en cuenta al comprar zapatos, ya que preferimos irnos por el precio o por lo lindos. Si cuidas estos detalles al comprar zapatos tanto como el diseño, estarás cuidando tu estilo pero también tu salud:

La funcionalidad: esto es, que sirvan para el propósito pensado, porque no es lo mismo un zapato de lluvia que uno para buen tiempo. Se aconseja dedicar tiempo suficiente a la compra del calzado, pensar en la función que se le va a asignar (deporte, ocio, trabajo, vida urbana, fiesta, verano) y no comprar simplemente el que más nos atraiga en un primer momento.

La calidad del material: Debe estar hecho de un material que permita un cierto grado de ventilación, que no sea muy rígido ni muy áspero.

La flexibilidad del empeine: Tu pie debe entrar cómodamente desde la primera puesta. Camina con ellos para que evalúes si efectivamente se ajustan al movimiento que requiere el pie para caminar con ellos.

Comodidad del uso: En este caso, depende el uso que vayas a darle a tus zapatos, pero en general, debes procurar que tu pie quepa perfectamente. Aunque con el tiempo el zapato “da”, la adaptación se hace a costa del pie, lo cual podría lastimarlo o deformarlo.

Altura del tacón: Siempre es recomendable que el tacón tenga entre 2 y 4 cm de alto por lo menos. Los zapatos completamente lisos no son buenos para tu postura porque no distribuyen bien el peso. Si vamos a usar el zapato con cierta frecuencia o durante muchas horas, es conveniente que no supere los 6 centímetros. Tacones más altos cargan mucho el peso del cuerpo a los dedos y las rodillas, por lo que podrían causar muchos problemas. Tampoco es recomendable que el tacón sea de tipo aguja, pues pueden causar torceduras o caídas.

Más allá de estas recomendaciones, cada pie es diferente. Como lo son las actividades que se efectúan a lo largo de la jornada: estar en casa, andar, pasear con buen ritmo, correr otros deportes que requieren un calzado concreto.

Los podólogos pueden ayudar a quienes necesitan un tratamiento mediante plantillas de corrección. En realidad, al igual que a lo largo del año nos revisamos la vista o los dientes, es conveniente acudir a un centro en el que un podólogo aconseje sobre el tipo de calzado más adecuado para nuestros pies y nuestras diversas actividades con el fin de prevenir, eliminar o tratar posibles trastornos.

Fuente: Femenino.info

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