Cada día que despierto y veo a los rayos del sol alumbrar mi recámara, me doy cuenta de que puedo respirar, estirarme y sentir que mi cuerpo descansó durante la noche; que puedo moverme cuando tantas personas no lo pueden hacer ¡vaya que sí soy privilegiada!
Le doy gracias a la vida porque me abre la oportunidad de disfrutar el estar viva.
He aprendido que la vida me dio al nacer una cantidad de hojas blancas para poder escribir en ellas. Siempre pienso que me ha dado una gran bodega donde se almacenan paquetes y paquetes de hojas blancas donde podré escribir mi propia historia.
He vivido cosas muy dificiles:
- Sufrí un robo a mano armada dentro de mi consultorio y estos cuatro individuos intentaron secuestrarme, pero gracias a la vida, dos entraron a la
- cárcel.
- Por negligencia médica no puedo embarazarme.
- Mi hermano y su esposa me engañaron y me quitaron la herencia de mi padre.
Pero, a pesar de todo, estoy viva y sana, trabajo en mi carrera (que es lo que me mantiene ocupada) y le soy útil a la sociedad.
Escribo estas líneas para decirte a ti mujer, que no importa lo difícil que sea el camino, al final todo se ve de mejor color y aprendí que cada día es un regalo.
Nadie tiene el derecho de hacerte sentir mal, ni siquiera un día, porque tal vez ese día sea el último de tu vida.
Escrito por Susana Vejar