La adolescencia es una etapa de cambios físicos y emocionales, y mientras que las transformaciones hormonales se manifiestan en el cuerpo y crean caos en la mente de los adolescentes, una nueva forma de vivir el mundo se descubre ante ellos.
La sexualidad se manifiesta con fuerza en esta etapa de la vida pues el adolescente está en un proceso de descubrimiento de su propia identidad. No se trata solo del sexo, la sexualidad también se revela en nuestras emociones, pensamientos e incluso nuestra forma de interactuar con el mundo. Puede ser un momento confuso para los adolescentes y es necesario hacerles saber que pueden acercarse para expresar sus dudas.
Puede que al principio resulte incómodo querer iniciar una conversación. Sin embargo, podemos intentar aproximarnos incluso antes de que llegue la pubertad; desde pequeños, los niños sienten curiosidad sobre su cuerpo y si desde corta edad conversamos sobre ello, se genera un canal de confianza que permitirá marcar una diferencia en la forma en que nuestros hijos vivan su sexualidad.
La salud sexual, la reproducción, la intimidad, las relaciones personales y la imagen corporal. Todos estos son aspectos de la sexualidad que es necesario discutir con los hijos para que adquieran las herramientas necesarias para tener relaciones sanas. La educación sexual es un proceso constante y no podemos esperar que la escuela sea la única proveedora de información, como padres debemos orientar a nuestros hijos en este aprendizaje.
Sin embargo, no se trata de querer saturarlos de información. Nunca es tarde para comenzar un diálogo y lo más importante es estar abiertos a que en el momento en que ellos deseen hablar, podamos aclarar sus dudas. No debemos angustiarnos ante los temas, debemos impulsarlos a preguntar y si no sabemos algo, siempre podemos averiguarlo. También puede ser una buena idea acudir a un especialista que pueda orientarlos.
Escrito por: Elena Pedrozo
