Familia

Hijo único sin sentir culpa

hijo-unico-sin-sentir-culpaAcepto que mis planes siempre fueron tener por lo menos dos hijos, pero cuando me casé no queríamos “encargar” tan pronto, así que esperamos dos años y ahí comenzó la esperanza que tardó más de dos años en llegar. Sinceramente yo nunca sentí culpa por no poder darle un hermano a mi hija, pero sé que hay muchas mujeres que sí lo sienten así, por eso es que les cuento esta experiencia.

Al pasar los meses y ver que no quedaba embarazada decidí que no me sometería a ningún tratamiento por una fuerte razón: considero que son un desgaste económico y anímico, y nada garantiza que se cumpla el embarazo deseado. Respeto mucho a los que deciden hacerlo, pero estaba segura que eso no era para mí. Tenía muy claro que de no poder procrear, adoptaría. Luego hice lo que seguramente hacen muchas mujeres, encomendarme a mi Dios y pedirme por lo menos un hijo. Y ¿qué creen? Sí llegó, y fue una niña hermosa.

Un día de mayo nació por cesárea mi linda niña, hoy conocida en Twitter cómo @Chimichurri, al ver su carita le dije: ¡hola amor, ya te esperaba!

Unos dos años después quise otro hijo, ya saben por aquello de: que si el hijo único, que si no tienen compañero, que necesitan el hermano, etc. Y acepto que algunos meses me presioné y luego de un tiempo retomé la calma y entendí: “le pedí a mi Dios aunque fuera un hijo y ahora ya estoy moliendo otra vez; por otra parte, todo se debe más a la presión social que a otra cosa”. Y fue así que entendí que mi hija sería única, lo asumí y lo afronté.

Yo tengo varios hermanos y una hermana, de todos ellos debo aceptar que aunque los quiero a todos y a dos más que a los demás, con ninguno me llevo tan bien como para decir con la boca llena: ¡Este es mi hermano! En momentos difíciles, sólo mi hermana ha estado conmigo; y de vez en cuando no somos tan unidas porque somos tan diferentes. Por otra parte, la vida se ha encargado de darme varios hermanos por el camino; una en especial que yo sé que haría todo por mí, esa es mi hermana de vida que aunque estamos lejos siempre nos comunicamos y nos apoyamos, podemos contarnos lo que sea sin juzgarnos y nuestros hijos se reconocen como primos.

Así que cuando mi hija comenzó a preguntar y a pedir hermanos le explique lo siguiente:

“Yo le pedí a la vida muchos hijos, pero ella decidió que tendría solo una que vale por más de diez, y esa eres tú; además pedí una hijita bonita y me mandaron una hermosa ¿qué más puedo pedir?”

Le agregué que, cómo ella sabe, yo tengo dos hermanas, una de sangre y otra de vida. A las dos las quiero igual y con ambas puedo contar.

Las familias son diferentes: una mamá con dos hijitos, un papá con un hijo, abuelos con nietos, tío con sobrino, papá y mamá con hijo… todas son familias. Familias grandes y chiquitas, no importa el tamaño, todas se quieren mucho y se cuidan por igual.

Tú no tienes hermanos de sangre, pero tienes mamá y papá, y la vida se encargará de darte hermanos de vida que estarán dispuestos a estar contigo. No tengas miedo porque serás una buena mujer y la vida sabrá recompensarte con el mejor hermano o hermana, llegará un día y tú sabrás reconocerle. Se unirán y él o ella estará dispuesto a hacer y dar todo por ti, y viceversa. La vida no se equivoca, si eres hija única es por algo, porque tienes un destino que así lo requiere. Tú enfócate en ser feliz, en querer y que te quieran.

Ahora, desde hace años, no pide hermanos y está consciente de que es hija única, lo que tiene sus ventajas y desventajas también. Convive con primos que siempre están cerca y con los que juega y comparte todos los días. Uno de mis sobrinos es hijo único y vive justo en la casa de un lado, y reconozco que eso ha sido un gran apoyo, porque ellos dicen que son “primos-hermanos”. Juegan, se abraza, pelean y cada quien para su casa, pero luego de un rato o un día, otra vez están juntos.

Escrito por: Mamá Gallina

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