El desarrollo infantil es un proceso continuo en el que cada niño lleva su propio ritmo. Desde el nacimiento, el niño tiene las posibilidades para alcanzar un desarrollo adecuado. La relación entre la herencia y la interacción con el ambiente, hace que el niño sea un ser único y especial.
En los primeros 5 años de vida se forma el 85% del cerebro. Es importante incluir en la dieta de los niños, los nutrimentos necesarios para que tengan un sano desarrollo. Algunos de los más importantes para el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso son: las proteínas, hierro, zinc, selenio, yodo, ácido fólico, vitamina A, colina y los ácidos grasos de cadena larga, como el DHA, y el ARA.
El cerebro del ser humano está compuesto en un 50 a 60% aproximadamente por grasas o lípidos, los cuales forman parte de las membranas de las células nerviosas y de la mielina. Algunas grasas son producidas por nuestro organismo, pero hay otras que no las podemos sintetizar y que debemos consumirlas en la dieta, como algunos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, llamados ácidos grasos esenciales
Se les ha llamado neuronutrimentos, ya que actúan como factores de crecimiento y desarrollo durante el periodo crítico del sistema nervioso. Por ejemplo, con un consumo adecuado de DHA, este ácido se incorpora a las membranas celulares del tejido cerebral y visual de los niños, haciendo eficiente la transmisión de las señales nerviosas de las que depende el aprendizaje, memoria y desarrollo mental.
Otro nutrimento importante para el neurodesarrollo del ser humano es el ácido fólico, que favorece el cierre adecuado del tubo neural durante la gestación. También el hierro y la colina participan en el desarrollo del sistema nervioso, ya que su deficiencia altera la formación de la mielina, por lo tanto, reduciendo la generación y transmisión de potenciales eléctricos entre las neuronas.
La deficiencia de hierro puede alterar el sistema de defensa o inmunológico contra diversas enfermedades y causar anemia, alteraciones en la memoria, la atención, y función visual. La deficiencia de hierro es de los problemas nutricionales más comunes en la clínica pediátrica.
Las habilidades motoras, el desarrollo emocional y social, el lenguaje y el pensamiento, se integran juntos para lograr que el niño tenga un desarrollo adecuado, y la estimulación que le brindes es fundamental, para que este proceso se lleve a cabo.
Por: Dra. Claudia Hurtado Ochoterena
Con información de: Mead Johnson Nutrition