El verse y sentirse bella esta en la actitud. Sentirse segura y hermosa en todo momento, dejar a un lado los reproches y exigencias para conseguir proyectar eso que tanto deseamos.
Toda mujer es bella y no depende de la ropa o zapatos que use, si no de lo cómoda que se sienta con ella misma. La mujer que se preocupa por sí misma, se quiere y cuida, tiene como resultado el saber lo que tiene y lo que quiere; irradiando a cada momento esa seguridad y atractivo que posee. Resalta tus cualidades, mírate al espejo y amate como eres.
Cuando la gente te elogie, cree en esos piropos. Si son muchas y diferentes personas las que te halagan, es por algo. Cuando te veas al espejo concéntrate en las partes de tu cuerpo que más te gusten para proporcionarte seguridad.
Deja atrás esa idea de que los hombres buscan como pareja a una modelo de lencería, se realista y fíjate en las otras chicas que son atractivas sin ser perfectas. Cada hombre tiene un estilo diferente, lo único en común es que se valoran y aceptan tal cual son. Motivo por el que lógicamente irradian autoconfianza, haciéndolas irresistibles ante los ojos del hombre.
El lenguaje corporal juega un papel muy importante al momento de que todos te miran. Lo que hacemos exteriormente influye directamente con lo que pensamos y como nos sentimos. Por ello aquellas mujeres que actúan sexies, se terminan convenciendo de que es así. No dudes en caminar como una diosa y mostrar lo sexy que eres.
No te olvides de consentirte de vez en cuando, ir al salón para arreglar tu cabello o hacerte manicure. Los pequeños lujos son los que te harán sentir mejor y disfrutar de tu persona, inconscientemente se verá reflejado en tu manera de actuar frente a los demás.
No te atormentes comparándote constantemente con modelos y actrices. Las mujeres reales no tienen un equipo de especialistas en imagen todo el tiempo encima. Por eso tu belleza es aún más valiosa, es tu propia creación. Recuerda que para proyectar una imagen positiva debes sentirte como tal, divina.