Bienestar

La clave de la felicidad está en el estómago

La psiquiatría se ha encargado por años a tratar de ayudarnos a lidiar con los conflictos emocionales que nos aquejan. Se ha buscado entender el funcionamiento de nuestro cerebro y comprender los procesos que nos llevan a cierto estado de ánimo. Pero quizás ha sido un enfoque equivocado, pues nuevas investigaciones apuntan a que es en el estómago donde nacen  nuestras emociones.

Cuando hablamos de emociones con frecuencia nos remitimos al corazón, pero lo cierto es que más probable que lo hayas experimentado en tu abdomen. ¿Alguna vez has sentido mariposas en el estómago, un presentimiento en las entrañas o quizás una sensación de vacío en la boca del estómago cuando tienes miedo?

Irina Matveikova, médica especializada en Endocrinología y autora del libro Inteligencia Digestiva, afirma que el estómago es un segundo cerebro que tiene  “la capacidad de producir y liberar los mismos neurotransmisores, hormonas y moléculas químicas que produce el cerebro superior.” De hecho, entre el 90 y 95 por ciento de la serotonina, una de las hormonas asociadas al bienestar, se produce en el estómago.

Por otro lado, Michael Gershon, investigador de la Universidad de Columbia y autor de El segundo cerebro, afirma que si bien nuestro “cerebro intestinal” no ejerce una toma de decisiones, sí envía mensajes a nuestro “cerebro craneano” que pueden tener un gran impacto en nuestro bienestar emocional.

Por mucho tiempo hemos recurrido a los medicamentos para “sentirnos mejor”, pero con frecuencia éstos solo tapan el problema y no lo solucionan. Una buena alimentación no sólo mejora nuestra salud, sino que nos ayuda a sentirnos más felices. Lo que ocurre en nuestro sistema digestivo es más importante de lo que pensamos. Es en la alimentación que brindamos a nuestro organismo la materia prima para su funcionamiento y si lo que ingerimos es de mala calidad ocurre un desgaste que tiene consecuencias a largo plazo.

El estrés y la mala alimentación interfieren en los procesos bioquímicos que intervienen en nuestras emociones, afectan la microbiota y alteran el funcionamiento y la producción de neurotransmisores. No podemos controlar los eventos que ocurren en nuestra vida y afectan nuestro estado de ánimo, pero sí podemos ayudar a nuestro organismo a reaccionar a estos cambios de la mejor forma posible y protegerlo de daños.

La doctora Patricia Restrepo, autoridad en el tratamiento de padecimientos y  enfermedades a través de la correcta alimentación, mediante la combinación de conocimientos de medicina ancestral y química orgánica, afirma que es posible reducir hasta en un 90% los síntomas de depresión, a través de una sana alimentación. En conferencia, ofreció algunos consejos para cuidar nuestra microbiota y proteger nuestra producción de neurotransmisores, especialmente en periodos de alto estrés.

  • Comer muchos alimentos verdes
  • Las grasas son importantes para los procesos neuronales
    • La mantequilla es una buena fuente de ácido butílico
    • Los pescados son una excelente fuente de grasas buenas
  • Ingerir alimentos ricos en sulfuro, como cebolla, ajo o huevo
  • Revisar las etiquetas de los alimentos para asegurarnos de que lo que comemos sea lo más natural posible
  • Las harinas suelen contener bromuro, lo que hace que duren más, pero interfiere con los procesos bioquímicos de nuestro organismo.
  • No automedicarse
  • No consumir azúcar en exceso
  • Evitar los alimentos procesados
  • No consumir alcohol en exceso

Pareciera que cada vez estamos más enfermos y mucho de eso tiene que ver con la calidad de los alimentos a los que tenemos acceso. La doctora Restrepo afirma que el problema de salud al que nos enfrentamos en la actualidad tiene que ver con un déficit. Si queremos estar sanos –y felices– es importante asegurarnos de aprovechar cada bocado y para ello, la calidad de los alimentos es clave.

 

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