La homogenización de la belleza ahora es global
Escrito por: Vivian Diller*
La confianza que tenía en la vieja creencia de que los “chinos reverencian a los ancianos” comenzó a disiparse cuando una editorial de Beijing fue la primera en la lista para comprar los derechos en el extranjero para publicar mi libro “Enfréntalo: Lo que las mujeres realmente sienten conforme cambia su apariencia”. Encantada, pero sorprendida, escuché que dijo que las mujeres chinas tienen conflictos por su apariencia desmejorada con la edad, y estaban ansiosas por leer un libro como el mío para ayudarles.
Durante las entrevistas que tuve con periodistas de Asia, me desilusioné aún más. Varios de ellos me dijeron que la cultura china se había desviado de su actitud tradicional sobre los ancianos durante años. El conocimiento y la experiencia, dijeron, no eran, ni por asomo, tan valorados como la juventud y la belleza. Un reportero me dijo entre risas, “Las abuelas sabias están fuera. La moda y el glamour están adentro”.
Así que no me sorprendió del todo leer sobre el rápido crecimiento de la cirugía cosmética en China en un artículo reciente del New York Times llamado “Para muchos chinos, nueva riqueza, una cara fresca”. El vice ministro de salud de aquél país, Ma Xiaowei, dijo, “En una década, la cirugía cosmética y plástica se ha vuelto la cuarta forma más popular de gastar los ingresos en China,” siendo las casas, los autos y los viajes lo único que la superaba.
Sabía, por mis propias investigaciones, que las tendencias publicadas por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS por sus siglas en inglés) indicaban que la obsesión de Asia por la belleza había estado casi a la par de la de Estados Unidos. La ISAPS publica estadísticas sobre procedimientos cosméticos, actualizando cada año las tendencias por grupo de edad, género y nacionalidad.
De acuerdo a su último reporte, China, Japón y Corea del Norte se encontraban entre los siete países donde se realizan más cirugías cosméticas, junto con Estados Unidos, India, Brasil y México. Los estimados del Sr. Ma lo llevaron a asegurar que “el número de cirugías se duplica cada año” en China, por lo que ahora se le considera “un servicio común dirigido a las masas”.
Lo que más me sorprendió del artículo del Times fue que lo que dijo el gerente general de una cadena de hospitales de cirugía cosmética en China sobre la demografía de sus clientes. “Dos quintas partes de nuestros pacientes están en su segunda década de vida,” reportó Li Bin. “Los liftings y tratamientos anti-arrugas están en boga, al igual que en Occidente”, pero muchos de los procedimientos realizados en clínicas que parecen centro comercial son para verse más hermosa y no más joven.
Zhao Zhenmin, Secretario General de la dependencia de gobierno, la Asociación de Plástica y Estética, dijo, “A nivel nacional, las cirugías más demandadas no tienen nada que ver con la edad: La operación número uno está diseñada para darle a los ojos una apariencia más grande añadiendo un pliegue en el párpado, formando lo que se llama doble párpado”. En otras palabras, reemplazando el delgado ojo asiático por uno que parezca más occidental.
En otro artículo de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Cosmética, Seúl, en Corea del Sur, fue descrita como “la zona cero” de los rostros asiáticos que serán reestirados. Con los salarios creciendo en China, “la gente está más enfocada en la belleza y va a Corea a conseguirla”, pues ahí las técnicas quirúrgicas son consideradas como más sofisticadas. Este flujo ha generado un gran impulso para la industria de la belleza en Corea del Sur, según dice Sung Min-yun, jefe de una consultoría que se especializa en la industria de la cirugía cosmética. La mitad de las mujeres que buscan cirugía plástica en sus clínicas son chinas y menores de 30 años, con números que se han incrementado cinco veces en un solo año.
Muchas mujeres asiáticas llegan a cirugía con fotografías de dos actrices chinas muy polulares—Angelababy y Fan Bing Bing—quienes tienen mentones y ojos que todas quieren copiar. Estas celebridades que tienen rasgos de muñeca (una consiguió su apariencia mediante cirugía plástica) son las que están dando la pauta de la belleza. Tienen ojos grandes, narices respingadas y rostros pequeños. Aparentemente, esta inclinación por una apariencia más occidental comienza pronto; las niñas asiáticas de cabello oscuro ahora prefieren muñecas rubias de Barbie en lugar de las que se parecen más a ellas.
El Dr. Park Sanghoo, quien fundó una popular clínica en Corea del Sur, dice que la mayoría de las mujeres asiáticas son muy abiertas sobre este tema. Dice, “la competencia es tan dura en Corea y en China, y la gente que quiere sobrevivir a ella viene aquí.” El embellecimiento por medio de la cirugía plástica se trata de supervivencia, dice, y las mujeres soportan grandes molestias—y gastan bastante dinero—para conseguirla. Pero de acuerdo a otro, la elección de alternar los rasgos étnicos es más complicada. Margaret Chin, profesora de sociología en el Hunter Collage, que se especializa en estudios de inmigrantes asiáticos, dijo que para muchos en Estados Unidos, “Quieres ser parte de la cultura y la etnia aceptada, entonces quieres verte más occidental. Me entristece que sientan que tienen que hacerlo.”
Los chinos tienen sus propias historias tristes sobre los peligros a los que se arriesgan las mujeres por la belleza. Como la estadounidense Cindy Jackson, que a la edad de 55 años dijo en un programa de televisión que sus 52 procedimientos quirúrgicos eran para obtener la apariencia que deseaba. Los asiáticos tienen una reportera de 22 años que tiene objetivos similares. Se hace llamar “Devil” y se le conoce por que ha conseguido “ojos grandes y luminosos, una nariz delicada y mejillas suavemente esculpidas”. Ahora busca reformar su quijada.
De acuerdo a su propio reporte, “quería verse más sofisticada y exquisita.” Por qué no, dijo, su novio estaba muy a gusto. Y no está sola. En Evercare, una clínica de cirugía plástica en Beijing, los dueños reportan un porcentaje de retorno de 30-40, con pacientes que empiezan renovando una parte de su rostro, sólo para verse tentados a hacerse otra cosa. Esta pendiente resbaladiza es claramente intencional.
Funcionarios en China se preocupan, al igual que aquí, porque estos procedimientos no siempre están a la altura de los estándares nacionales de seguridad. Aseguran que muchos de los que ofrecen Botox y cirugía de párpado no tienen las certificaciones apropiadas. Algunos llegan a llamar a esta industria, que vale 2.3 billones de dólares, una potencial “zona de desastre”, citando la reciente muerte de una concursante de reality shows de tan solo 24 años durante una operación para modificar su quijada.
El Secretario General, Zhao Zhenmin dijo, “Personalmente creo que es bastante deplorable,” refiriéndose a esta mujer a quien se le llenó de sangre el tubo de oxígeno durante el procedimiento. “Necesitamos llegar al fondo de estos casos para proteger a la gente en el futuro.”
Entonces, ¿qué es lo que estamos viendo? Me cuesta trabajo ver que los rostros, alguna vez interesantes y preciosos, de Hollywood cada vez se ven más y más parecidos estos días, pues los alteran quirúrgicamente para recobrar la juventud y conseguir la llamada “belleza”. ¿Alguien más se perturba aún más al escuchar que esta tendencia ya está en todo el mundo?
Sí, las celebridades de todo el mundo expresan sus temores al envejecimiento, pues sus carreras se opacan con la edad. Y seguro, muchos más sucumben ante la presión y se someten a una u otra cirugía cosmética para quitarse unos años. Si duda las figuras públicas—tanto hombres como mujeres—sienten mucho el escrutinio a cualquier edad debido a nuestra cultura mediatizada, por lo que resistirse a las mejoras cosméticas es difícil. Pero esta homogenización de la belleza que atraviesa culturas es una tendencia que empieza a sonar como una historia muy mala de ciencia-ficción.
Recuerdo que hace poco hice una broma: si mi libro Face It se vendía a por lo menos una de cada millón de mujeres en China, sería todo un éxito. De pronto, ya no me siento con ganas de reír.
¿Qué piensas de la obsesión con los rostros de muñeca que se ha extendido a todo el mundo?
*Vivian Diller es psicóloga, bailarina profesional y modelo. Conocida por sus artículos de belleza, envejecimiento, medios, modelos y bailarinas. Es autora del libro Face It: What Women Really Feel As Their Looks Change una guía psicológica para ayudar a las mujeres a lidiar con sus emociones respecto al cambio en su apariencia.