Bienestar

La fortuna o el infortunio de conocer gente

la-fortuna-de-conocer-genteA veces conocemos personas en los lugares más inesperados, en el trasporte, en el avión, en una estética, en la tienda departamental, en la fila de entrada al cine, en un restaurant. Bueno podría mencionar un sinfín de lugares, y en esas ocasiones resulta que a veces tenemos la suerte que esos encuentros se convierten en amistades perdurables.

En otras ocasiones tenemos personas allegadas, muy allegadas o que por el mismo destino conocemos en los mismos lugares antes mencionados.

Y... se convierten en un verdadero dolor de cabeza.

Tengo un conocido que le pasa todo... todo... es una pobre víctima de la vida, la esposa, los hijos, la casa, la familia.

Se siente ignorado, vive una tragicomedia de vida, una telenovela, cuyos capítulos parecen escritos para que uno, al escucharlos, solo se  quiera tener un control como el de la TV y cambiarle, o  dejarlo en pausa, o  ponerlo en silencio. Creo que todos nos hemos topado con alguien así, y que es imposible ignorarlo  porque es tan familiarmente cercano que no se puede.

Con el tiempo termina uno dándole la vuelta, evitando cualquier encuentro, y si coincidimos en una de esas reuniones donde se celebra un cumpleaños, un aniversario, o lo que sea, simplemente saludamos, nos hacemos locos y nos vamos a otro lado con cualquier pretexto.

Estos personajes que suelen crear tales mentiras (mitómanos consumados),  son ellos los primeros en creerse lo que dicen. Cuando las circunstancias nos hacen ver lo contrario.

Quieren parecer a los ojos de los demás como víctimas, unas blancas palomas, cuando son la mayor parte de las veces lo contrario.

Es un manejo de doble personalidad.

Uno los observa y  no sabe si tenerles lástima, o miedo, pasan de la pasividad a ser agresivos. Golpeadores, farsantes, manipuladores, lobos con piel de ovejas.

Utilizan el llanto del cocodrilo.

Si uno quiere ayudar, para salir de esa enfermedad, porque eso es una enfermedad, se hacen los ofendidos, y resulta imposible y desgastante.

Así que se va uno alejando.

Porque vivir con el miedo de ser aceptados, de poder amarnos y así amar, arriesgando el todo, dándonos el permiso de ser feliz primero con nosotros mismos y después con los que están cerca, disfrutar la VIDA.

Cierra los ojos y después mira que todo a nuestro alrededor nos espera; percibe el AMOR que emana  de plantas, aves, cielo, tierra, y todo lo que nos rodea; utiliza tu imaginación y ve con nuevos ojos esta vida que es una, no la desperdicies. Se nos ha dado la libertad pero no para ser víctimas o victimarios de nadie.

Una ves que sientas lo que significa vivir en estado de dicha, lo adorarás.

No tardes, la vida es una y no hay forma de regresar la película.

Escrito por: Rebeca Harfuch

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