Con la aproximación del verano los gimnasios se vuelven a llenar, las dietas toman auge y la carrera por lograr el cuerpo de bikini da inicio. Parece que la búsqueda del peso ideal es una cuestión de fechas –propósitos de año nuevo, la boda de una amiga, vacaciones de verano o bajar unos kilos antes de volver a subirlos en navidad– De vez en cuando nos acordamos de que deberíamos bajar de peso, cuando cuidarlo debería ser una situación permanente.
El problema está quizás en los motivos para bajar de peso, pues a menudo consideramos esas fechas específicas como un traje de baño a lucir o un vestido en el que encajar. Y si bien, marcarnos estas metas puede ser una estrategia efectiva para seguir un régimen, es importante recordar que mantener nuestro peso no se trata solo de imagen, sino de salud. Algo que a veces se pasa por alto, pues en la búsqueda de lograr ese cuerpo de ensueño, somos capaces de descuidar nuestra salud con tal de lograr el peso añorado y podemos caer en el otro lado: delgadez extrema.
Estar debajo de nuestro peso es tan malo como tener obesidad. Esa grasa corporal de la que tanto nos quejamos, también tiene funciones importantes en el organismo. No se trata de eliminarla por completo, ni de dejar de comer o matarnos en el gimnasio. Sino de aprender a alimentarnos para alcanzar nuestro peso ideal.
Diabetes, problemas cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, problemas hormonales, hipertensión, artritis, anemia, problemas en los huesos, entre otros, son consecuencias de estar sobre o debajo de nuestro peso ideal. Lograr ese peso, de forma saludable, no sólo nos hará lucir bien, sino que nos ayudará a sentir mejor, con más energía y nos evitará muchas enfermedades.
Cuidar nuestro peso puede mejorar considerablemente nuestra calidad de vida y aumentar nuestra esperanza de vivir más años – y mejor –. Para lograr esto solo se necesitan en esencia dos cosas: aprender buenos hábitos alimenticios y hacer ejercicio regularmente.
Escrito por: Elena Pedrozo